A punto de cumplirse dos años, en Veracruz continúan tomadas las instalaciones del Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano (SAS), por parte de ex trabajadores sindicalizados que exigen el pago de casi mil millones de pesos por despido injustificado.
Las oficinas quedaron en ruinas tras la desaparición del organismo y posterior toma de instalaciones, que en 2016, iniciaron los ex empleados agremiados al Sindicato Teniente José Azueta que dirige la ciudadana Angélica Navarrete, aquella mujer que en algún tiempo se ostentó como una de las máximas lideresas del sindicalismo en Veracruz.
Los muros agrietados y manchados del verde característico del moho, son la mas clara muestra de la falta de mantenimiento en casi 24 meses.
En el estacionamiento quedaron aparcados decenas de automóviles tsurus, camionetas Nissan de redilas y unidades vactor, todas con algún grado de deterioro, ya sea por el óxido en la carrocería, llantas ponchadas o daños en los motores.
Las oficinas administrativas y de cobro quedaron cerradas con candados, reforzados con gruesas cadenas de irrompible acero para evitar el ingreso de personas ajenas.
En las paredes todavía se observan los logotipos despintados del SAS y uno que otro del “Veracruz Adelante” que tanto presumió el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa.
“Estamos a punto de cumplir dos años de haber sido despedidos de nuestro empleo, desde el día 16 de julio del 2016 y no ha habido ninguna respuesta”, señaló Angélica Navarrete, al recordar la fecha en la que los casi mil 300 trabajadores agremiados a su sindicato perdieron sus empleos.
Ramón Poo Gil, entonces alcalde de Veracruz, promovió la desaparición del SAS para dar paso a la creación del Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento (MAS), una empresa mixta que supuestamente se encargaría de mejorar los servicios en la región.
Con la extinción del SAS y creación del MAS, se impulsó el despido de toda la plantilla laboral del desparecido organismo, con la promesa de que serían “recontratados” por la nueva empresa mixta, pero el sindicato Tendiente José Azueta se negó, la idea le pareció más que absurda y a partir de entonces comenzó con una lucha que lleva casi dos años.
Como medida de presión, los sindicalizados tomaron las instalaciones del extinto SAS y señalaron que las desalojarían el día que se les paguen los adeudos por despido injustificado, salarios caídos, prestaciones pendientes y demás conceptos que ya no recibieron porque fueron corridos.
A Ramón Poo lo acusaron de corrupto y seguido se le manifestaban, hasta que concluyó su gestión como presidente municipal, pero el problema con el sindicato le fue “heredado” al nuevo alcalde Fernando Yunes Márquez.
Hoy, casi dos años después, la lucha sigue para el sindicato. Las oficinas siguen tomadas, pero el adeudo continúa pendiente y según Angélica Navarrete, este asciende a los mil millones de pesos.
Esta mañana de martes, los quejosos llevaron a cabo una marcha por calles de la ciudad de Veracruz, para exigir su reinstalación laboral y los pagos que quedaron pendientes.
Indicaron que no darán tregua hasta recuperar su dinero.
“Hasta ahora son más de mil millones de pesos de adeudo y sigue pasando el tiempo y sigue creciendo el monto, para nosotros lo mejor es llegar a un acuerdo y estamos en la mejor disposición”.