Se cumplieron diez meses de los sismos que sacudieron a la CDMX, Oaxaca, Chiapas, Morelos y otras entidades, dejando miles de viviendas y escuelas reducidas a escombros y literalmente en la calle a decenas de miles de familias. Y para recordarlo, tembló.
Hace diez meses, el gobierno federal se esmeraba en difundir, a toda hora, todos los días, los esfuerzos por atender a quienes lo perdieron todo.
Los gobiernos estatales les siguieron el paso, mientras que gobiernos municipales reclamaban la lentitud y la burocracia en la atención.
Los medios de comunicación transmitían todo el día, mandaron a sus estrellas, utilizaban también las redes sociales para difundir la tragedia y la respuesta.
Pero a diez meses de distancia, con una elección ya resuelta y un gobierno que ya se va, no se sabe nada de quienes aún viven en la calle.
No sabemos cuántas escuelas fueron rehabilitadas, cuántas construidas de nuevo y que falta por hacer. Tampoco sabemos en número de viviendas.
Los funcionarios federales ya no van, los medios tampoco. Y de esta manera se ha dejado de visibilizar este pendiente social, inmersos en el triunfo de AMLO, olvidándonos de quienes sufren la vida todos los días, dejados en el abandono por sus gobiernos y por los medios, porque ya consideran que no son nota. La nota ahora es cada paso del Presidente electo, lo demás ya no interesa.
En esa coyuntura, el INE asegura que morena usó dinero de un fideicomiso para damnificados por los sismos, para presuntamente desviarlos a las campañas. López Obrador ha dicho que es una vil venganza y que va a recurrir a tribunales. Falta decir de quien es la venganza y porqué.
Pero mientras se discute, se atacan y los medios le dan para arriba al tema, los damnificados siguen en las mismas y no ven para cuando.
Quién se ocupa ahora de ellas y de ellos y quién lo hará en los meses por venir?
Acaso no es un tema prioritario?
