Los Entidades Federativas y su relación con el Gobierno Federal. Caso Enrique Alfaro, gobernador electo de Jalisco.

Hay políticos estudiosos y preparados, que conocen los conceptos elementales y cualidades que se requieren para ejercer el poder público en su comunidad; y hacerlo con dignidad, además de conocimientos, requieren valor civil, como lo ha demostrado en entrevista a los medios el Ingeniero Civil, Enrique Alfaro, Gobernador electo de Jalisco. Quien de manera respetuosa pero contundente, rechaza la determinación del Presidente Electo Lic. Andrés Manuel López Obrador respecto al nombramiento de intermediarios entre el Gobierno Federal y las Entidades Federativas, para supervisar el gasto público federal que por los convenios de coordinación fiscal, corresponde a Estados y Municipios

La expresión popular les comienza a llamar a los representantes de la Federación “Jefes Políticos” aludiendo a los personajes de confianza que sirvieron al General Porfirio Díaz, para controlar a Estados y Municipios; sin cuya intervención, difícilmente habría podido prolongar su mandato el General Díaz, por los más de 30 años en que ejerció el poder presidencial, sin límites y en plenitud, hasta que estalló el movimiento revolucionario convocado por don Francisco I Madero en el año de 1910.

El Gobernador de Jalisco, ganó la elección abanderado por el Partido Movimiento Ciudadano, cuya franquicia pertenece al exgobernador de Veracruz, Dante Delgado, quien para la elección presidencial se sumo al PAN y al PRD, apoyando a Ricardo Anaya Cortés, y logrando en el reparto de posiciones seis senadurías que sin justificación alguna, acaba de poner (el propio Dante), a disposición incondicional de la fracción mayoritaria en el Senado, que será para los candidatos de Morena y al mismo tiempo, aprovechó para ponerse a la orden y disposición del Presidente Electo y líder de Morena.

El Gobernador Enrique Alfaro, quien sin necesidad de explicación alguna, decidió renunciar al Movimiento Naranja y sin pedir permiso a Dante o a su partido para rechazar el itermediarismo que se pretende desde el Palacio Nacional, hasta los Palacios de Gobierno de las 32 Entidades Federativas, fijó su postura, que sin duda será imitada por otros gobernantes demócratas. Hay que impedir que se desmoronen las Instituciones Públicas y se conduzca al país a un “despeñadero”.