La Primera Transformación de México

El equilibro de poderes a que se refirió Montesquieu, antes del triunfo de la Revolución Francesa, fue el ejemplo para construir los estados modernos, entre los que se cuenta México, a partir del llamado del cura Miguel Hidalgo y Costilla, para “cazar gachupines” y con el estandarte de la Virgen de Guadalupe (la Patrona de México), arengó lo suficiente, para que con un puñado de valientes iniciara la separación de nuestro país, del dominio de la Corona Española, hecho histórico que se afirma sucedió en la madrugada del 16 de septiembre de 1810.

Hidalgo no pudo constatar el triunfo del movimiento que inició con otros próceres de la Independencia, puesto que en 1811 fue apresado y sentenciado a pena de muerte, ejecutado junto con Allende, Aldama y Jiménez y sus cabezas dentro de jaulas, fueron colgadas en cada una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas construida en 1809, para comercio y almacenaje de granos y después usada como cuartel de las tropas realistas.

Las cabezas de los héroes de la Independencia permanecieron expuestas a la intemperie, en las cuatro esquinas de la Alhóndiga desde el 14 de octubre de 1811 hasta marzo de 1821. Fue hasta 1925 que los restos de los héroes de la Independencia se trasladaron para sepultarlos en el subterráneo de la columna del Ángel de la Independencia en la avenida de los Insurgentes de la CDMX.

Don Juan O’Donojú, recién nombrado Jefe Político y Capitán General de la Nueva España, el 3 de agosto de 1821, sin haber ejercido propiamente su cargo, la historia lo registra como el último Virrey nombrado por Fernando VII y ante las circunstancias que marcaron el triunfo de los Insurgentes, O’Donojú firmó el reconocimiento a la Independencia de México, consignado en los llamados “Tratados de Cordoba” y también suscribió “El Acta de Independencia del Imperio Mexicano”.

Agustín de Iturbide, cuyo nombre completo según las crónicas de la época fue Agustin Cosme Damián de Iturbide y Arambúru, después de participar en la consumación de la Independencia el 27 de septiembre de 1821, se proclamó “Emperador de México” y asumió el cargo el 19 de mayo de 1822, habiendo fallecido el 19 de julio de 1824, sus restos reposan en la Catedral Metropolitana de la CDMX.

Después del lamentable y penoso fin de sexenio de Peña Nieto, el pueblo espera que la “Cuarta Transformación” de AMLO, no decepcione a los más de 30 millones de votantes que lo respaldaron y también se gane, a los que no votaron por él.