En abril pasado fue decretado por la Secretaría del Medio Ambiente, el Plan de Ordenamiento Ecológico Territorial para Xalapa, elaborado por el Instituto de Ecología (Incecol), con el propósito de promover la sustentabilidad a través del uso equilibrado del medio ambiente.
El director de este instituto, Miguel Rubio Godoy, explicó que únicamente propusieron la forma más adecuada de conservar el entorno de bosques y cafetales en el que está situada Xalapa, así como los diez municipios que la rodean.
“Es la primera vez en este país que se propone que para que una ciudad sea sustentable, no podemos limitarnos únicamente a los límites políticos de la ciudad, si no que tenemos que entender que no está en una burbuja, si no que está en un entorno y ese entorno es ecológico. Para que la ciudad subsista, tenemos que saber de dónde viene el agua y conservar esas fuentes de agua, que en general son bosques y humedales, que la comida viene de algún lugar y que lo más adecuado es que la comida se siembre en los lugares más fértiles. Tenemos que prever que va a haber crecimiento urbano o que tiene que haber desarrollado agropecuario, desarrollo industrial, entonces es superimportante tener en cuenta todas estas necesidades y tratar de armonizarlas”.
Una vez decretada Ley por la Sedema, se obliga a los ayuntamientos a considerar dichas propuestas.
“No solamente es conservar el bosque, si no decir: tomas el mapa completo y dices, aquí que hay bosque debes de mantenerlo intacto porque tiene especies únicas o porque tiene manantiales. Este bosque que tiene este tipo de árboles, lo puedes manejar, si vas a cortar madera, cortas estas especies en esta zona, pero esta zona no la toques… en esta zona recomendamos que se haga agricultura porque es el suelo más fértil, en esta zona que se haga ganadería… si tienes que hacer crecer la ciudad, recomendamos que se haga para acá porque es más seguro para construir… si tienes que hacer industria, recomendamos que se haga acá porque el suelo no es fértil, etcétera”.
Precisó que la propuesta implicó cinco años de trabajo de campo y se logró con la inversión de cerca de cinco millones de pesos que aportó el Inecol, además de la aplicación de consultas públicas y la interacción con dependencias federales.
