Morena asegura que con ellos en el gobierno,, México entrará en lo que han llamado la cuarta transformación. Entre otras cosas, juraron que todo cambiaría, sobre todo en la manera de hacer política.
Dijeron que habría más diálogo, consenso, amor y paz, trabajo por el país.
Pues parece que nada de eso podremos esperar, al menos en el poder legislativo. Tanto en la sesión de instalación como en la apertura del período ordinario de sesiones, la mayoría de morena y sus aliados mostraron el mismo primitivismo político de quienes le han antecedido.
Gritos, consignas, insultos, arrogancia, todo en el marco de un paroxismo político que los llevó a actuar sin seguir una sola de las indicaciones de su líder y hoy Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Triste espectáculo el que dieron en tan solo dos sesiones, enseñando uñas y dientes, así como una sed insaciable de venganza, que nada tiene que ver con una actitud diferente de hacer política y mucho menos de intentar consensar los temas.
Y tal vez usted me dirá que lo mismo han hecho el PRI y el PAN. Si, lo han hecho, el punto aquí es que los morenos prometieron otra cosa, que no parece tienen la menor intención de cumplir.
Así será en los estados? Avasallar, vengarse, embriagarse de poder y enseñar el cobre? O verdaderamente van a escuchar y a aplicar las indicaciones de López Obrador, claras y contundentes en el sentido de que su conducta debe ser otra?
Por lo pronto no están cumpliendo lo comprometido y todo pinta a que tendremos más de lo mismo en las legislaturas.
A menos que les peguen un manazo en el escritorio.