Los miles de niños que forman parte de la Caravana de Migrantes Hondureños, son apenas un ejemplo de los millones de niños que viven en la pobreza en México y Centroamérica, y que están condenados a vivir en las filas de la servidumbre humana, que trabaja incansablemente durante toda su vida, para generar la riqueza y el bienestar que otros disfrutan, por el hecho de pertenecer a la clase social que domina en todos los ámbitos de la vida; es decir, por la simpleza de haber nacido ricos.
No es posible sentirse bien después de ver en la televisión, a las madres que cargando a sus hijos o jalándolos de la mano, buscan no rezagarse de la caravana de migrantes, porque en grupo adquieren el valor para luchar hasta ofrendar su vida, por la sobrevivencia de sus hijos y son capaces de todo, hasta de limosnear, de robar o delinquir en cualquier otra forma, por obtener los alimentos para sus hijos, las medicinas, los zapatos y ropa que puedan sustituir los harapos y las chanclas con que caminan por la ruta de los migrantes con destino a los Estados Unidos de Norteamérica.
El origen y destino de las personas, se marca desde su nacimiento; y más todavía en sus primeros años de vida, pues de ello dependerá el desarrollo de la personalidad y capacidad de los niños. La educación en el seno familiar, cuenta mucho y la educación, resulta fundamental para los niños, desde que llegan a la edad de acudir a la educación primaria; que terminan muchos menos de los que se inician, por tener necesidad de trabajar para sobrevivir. Y quienes logran terminar sus estudios de primaria, difícilmente acceden a la enseñanza media, por las mismas razones de sobrevivencia por insuficiencia económica de los jefes de familia.
Y si nos atenemos a los bamboleos de la política educativa en México, el camino de los jóvenes estudiantes, resulta incierto para llegar a los estudios profesionales, que les permitan contar con la preparación académica y así obtener mejores ingresos y prestaciones de seguridad social.
La espera será larga, para saber la definición del Gobierno en cuanto a cancelar la Reforma Educativa, abrogarla o desaparecerla hasta no dejar ni una coma, del trabajo iniciado por Emilio Chuayffet y continuado por Aurelio Nuño, ambos ex secretarios de educación.
Lo que nadie esperaba para terminar con la Reforma Educativa, era la liberación de Elba Esther Gordillo, quien ya recorre el país, con la idea de recuperar su liderazgo.
