Diputados: De pena y asco

Hace unos días comentaba que parecía que algunos diputados de Morena carecían de asesor, ante su pésimo manejo en el quehacer legislativo, siendo exhibidos por el Grupo Legislativo del PAN. Aunque también pudiera ser que sí cuenten con asesores, pero… una de dos: o los asesores no entienden del teje-maneje del mecanismo interno del Congreso, o hay diputados a los que simplemente no les gusta que los ayuden aun teniendo asesor.

II

El diputado de Morena Víctor Emmanuel Vargas Barrientos es difícil que pase desapercibido por su estatura y más cuando pasa a tribuna. Creo que es la segunda ocasión que se planta ante el Pleno. La primera vez, estoy seguro, fue quien dio el posicionamiento de Morena cuando se abrieron las sesiones legislativas. Este jueves, sometió a consideración del pleno una iniciativa que tiene como propósito apoyar a los trabajadores del campo, elevar la calidad y nivel competitivo en el mercado nacional e internacional de los productos. En suma, hacer más rentable la labor agrícola, con la finalidad de que el campesino genere riqueza, y se evite la emigración. Valoro su compromiso por pasar al podium. No es un gran orador. Tampoco un mal lector. No se ve mal.

III

A la diputada de Morena Margarita Corro Mendoza la conocí hace dos días. ¿La recuerda? Cuando Zenyazen “Tarzan Boy” Escobar “secuestró” el Congreso local, alguien tomó la foto de la entonces diputada electa con los pies en alto en una camioneta.

Ella pasó a Tribuna para señalar que las autoridades municipales de Tierra Blanca no transparentan ni hacen pública la información relativa a sueldos y prestaciones, inversión en obra pública y gasto corriente. Estas prácticas, dijo la legisladora por Cosamaloapan, vienen desde hace tres administraciones, porque es el mismo grupo político que ha manejado al gobierno municipal. Sí, se defiende en la Tribuna. Se apega al discurso. Se oye bien. Morena bien puede echar mano de esta diputada si se trata de tener un buen ariete. ¡Ah! Cuenta la diputada que si tenía los pies en alto, es por recomendación médica, tras una operación precisamente de sus pies.

IV

Erika Ayala, quien ya fungió en las ligas mayores en el Senado, desde su curul, mostró tamaños y cordura. Los diputados del PAN como Sergio Hernández y Maryjosé Gamboa, con experiencia en el debate, dejaron en claro que a la hora de exponer ideas, van a ser un hueso duro de roer; ¡vamos! hasta el Chiquis Omar Miranda, quien sacó el guante blanco y ya mostró que igual, si de debatir se trata, ¡aguas! Gonzalo Guízar Valladares es otro colmilludo en estos menesteres. Por Morena, otro con incisivo alargado y curvo es José Manuel Pozos Castro, pero como presidente de la Mesa Directiva trata de mediar y cual si fuera de la caravana migrante, no se quiere meter en Honduras… se va con tiento… por la misma bancada está Mónica Robles, quien sabe lo que es el manejo de la Tribuna… Otro del PRI: se sigue recordando el discurso del “neo-choleño” Juan Carlos Molina Palacios: Directo, “claridoso”, y sin tanto rollo.

V

Ahora, quien haya pensado que conducir un programa de radio es lo mismo que pasar a Tribuna, se habrá dado cuenta de su error cuando ordenó que se plantara Ana Miriam Ferráez Centeno ante el pleno, porque no creemos que por motu proprio, haya decidido hacerlo. Por supuesto, no es culpa de la diputada por el distrito XI de Xalapa haber sufrido tremenda zarandeada por parte de los azules. Y es que la xalapeña pidió al diputado Omar Miranda respeto al presidente electo por el solo hecho de llamarlo por nombre y apellido, por lo que los diputados del PAN le recordaron que hace algunos meses, ella, al referirse a Andrés Manuel López Obrador, no mostró respeto y lo llamó “Asco”… aplica el dicho: la culpa es del compadrazgo, sin intención de ser clasista. Y también se entienden los yerros de la neo-morena… a ver: cualquiera, diputado; tribuno, muy pocos, entendiendo “Tribuno” como orador. No es fácil, pero como ya se dijo en anterior comentario: es posible que en la gran y aplastante bancada que hay en Morena, se esté llena de buenas intenciones, pero si no hay un buen guía, si no tienen un buen asesor, si no hay cursos de preparación, habrá de dos:

1.- Diputados de Morena que a la hora de debatir, sean exhibidos tanto por su nula experiencia como poco conocimiento legislativo, para caer en el ridículo.

2.- O Diputados del Silencio, que en aras de no hacer el ridículo, han de pasar tres años, sin pena ni gloria, sólo bajo las indicaciones de su jefe de bancada, ya sea para levantar la manita o mantenerla abajo.

Esto segundo sería de pena, más cuando hay diputados en Morena como los citados, Víctor Emmanuel Vargas Barrientos, Margarita Corro Mendoza o Raymundo Andrade Rivera, que por lo menos se ve que se preparan y miedo a la Tribuna, no tienen… aunque es claro que a veces no basta ser valiente y pararse ante el micrófono… y ello, ya lo demostró Ana Miriam… diputado, cualquiera; tribuno, pocos.


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