Cuitláhuac García es el segundo gobernador emanado de Morena en asumir el cargo; su periodo de gobierno coincide con el del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde la perspectiva del nuevo gobernador de Veracruz, la figura de los coordinadores estatales de Programas para el Desarrollo (conocidos como «súper delegados») facilitará la relación con el gobierno federal, evitará duplicidades, burocracia y corrupción.
«Nosotros lo vemos bien. Porque nos facilita la coordinación sin tanta burocracia. El problema es que se empantanaban los programas federales porque había un esquema de corrupción. En Veracruz, había 30 o 40 delegados federales, y todos con una operación política de ese viejo sistema en el que los programas se usaban electoralmente. Eran 30 o 40 operadores políticos. Era un mundo de gente, y todos ponían trabas, todos pedían moche, todos cuestionaban, todos pedían el reparto», comenta.
En Veracruz, el superdelegado es Manuel Huerta, ex dirigente de Morena en la entidad, con quien García hizo sus dos campañas electorales por la gubernatura (2016 y 2018).
En ese escenario, y siendo uno de los nuevos gobernadores morenistas más afines a López Obrador, Cuitláhuac García puede dormir tranquilo.
«Tener un solo delegado ayuda. Uno, porque ya sabes que es con él. Con él resuelves todo: lo político, lo económico, lo de agricultura… es un solo interlocutor para todo. Además, Manuel Huerta es de nuestro equipo», añade.
En su entusiasmo, el veracruzano desdeña las advertencias que han hecho los partidos de oposición y los demás gobernadores, sobre una figura que concentrará todo el poder político, facultades presupuestales y el manejo de los programas sociales. Lo que convierte a los superdelegados en «superprecandidatos», según advirtieron PAN y PRI durante el debate de la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
García no sólo minimiza esas advertencias, sino que cuestiona el verdadero origen de la oposición a la nueva figura.
«Siempre han existido los delegados, y los maneja el gobierno federal. No hay por qué espantarse, son representantes del gobierno federal. Lo que pasa es que antes había una negociación política para prestarse al manejo electoral de esos programas. Con esta medida, eso se acaba. Para mí es ideal. Quizás si algún gobernador estaba pensando en manejarlo políticamente, por eso se queja», asegura.
De acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, los recursos federales a Veracruz ascendieron a 93 mil 797 millones de pesos en 2017, y a 97 mil 123 millones de pesos en 2018.
Estos recursos se derivan de cinco rubros: Ramo 28, Participaciones Federales; Ramo 33, Aportaciones Federales; Ramo 23, Provisiones Salariales y Económicas; Convenios de Descentralización y Reasignación, y Protección Social en Salud.
Ése es el tamaño de los recursos que, según Cuitláhuac García, ahora podrán «bajar» con más efectividad a la entidad, mediante la figura del delegado único, quien llevará el control de los programas, los padrones y los apoyos directos a la población.
Presidente ‘chocojarocho’
Existe una razón para que Cuitláhuac García confíe plenamente en que su administración será respaldada desde el gobierno federal: el medio paisanaje de López Obrador.
En los últimos años, el hoy Presidente realizó 200 eventos en Veracruz, acompañado de Cuitláhuac García, quien compitió por la gubernatura con Miguel Ángel Yunes Linares en 2016, y con Miguel Ángel Yunes Márquez en 2018.
Durante esas visitas, a López Obrador le gustaba citar un artículo de la Constitución de Veracruz que otorga la calidad de ciudadano veracruzano a los hijos de veracruzanos. Y, como el padre del tabasqueño es oriundo de Tres Cruces, Cuenca del Papaloapan, él se divertía diciendo: «seré un Presidente chocojarocho».
López Obrador ha dirigido algunos de sus programas prioritarios a Veracruz: el Tren del Istmo de Tehuantepec, que busca conectar Salina Cruz, Oaxaca, con Coatzacoalcos, Veracruz; la reconfiguración de la refinería de Minatitlán, y el programa Sembrando Vida, que busca plantar árboles en 150 mil hectáreas de Veracruz.
«De 400 mil empleos que va a generar ese plan a nivel nacional, 150 mil son en Veracruz», explica el gobernador, «Veracruz tiene una situación en la que se puede combinar el plan, tenemos ejido, tenemos pequeños productores, tenemos clima y tenemos agua. Tenemos todo, el recurso humano, el recurso natural y la situación que queremos resolver: pobreza extrema. Y tenemos tres zonas para desarrollarlo: Papantla, al centro; Acayucan, al sur, y La Huasteca al norte».
El propio López Obrador ha dicho que la derrama de recursos federales será basta en esta entidad.
Hoy mismo (2 de diciembre), el Presidente realiza su primer viaje fuera de la Ciudad de México a Xalapa, y aprovechará para detallar los programas federales que aterrizarán en Veracruz.
«Más que respaldo, tendremos la coordinación total con el gobierno federal, y eso nos va a ayudar mucho. Es una gran ventaja que me conozcan bien los funcionarios de Andrés Manuel, y que yo los conozca porque hay total confianza. Algunas acciones en materia de seguridad requerirán confianza total, y aquí la hay, y esto permite ir a hacer las cosas, tanto las cuestiones sociales, como las de seguridad, como el desarrollo económico», presume.
García asegura que la visita de AMLO servirá también como agradecimiento a los 2 millones 59 mil votos que le otorgó Veracruz el pasado 1 de julio.
Además, se prevé que el Presidente respalde la declaratoria de emergencia por la violación a los derechos humanos, emitida por el gobernador en las primeras horas de su administración.
Según García, la prioridad de su gobierno será recuperar la seguridad y disminuir la violencia, luego de los gobiernos de priista Javier Duarte (2010-2016) y el panista Yunes (2016-2018), en los que se dispararon los índices de todos los delitos.
El gobernador afirma que, en ese tema, la coordinación será directa entre su oficina y el gabinete de seguridad a nivel federal.
Explica que todas las mañanas, después de la reunión de gabinete que encabece el Presidente, él sesionará minutos después con las Fuerzas Estatales, para poner en operación las medidas acordadas a nivel nacional.
«El programa integral de seguridad que vamos a implementar es un programa especial que va a tener cuatro ejes: dos de atención social, dirigidos al campo y a los jóvenes, y dos de seguridad, uno de plena coordinación con la Guardia Nacional, y uno de incremento salarial a los policías. Eso encaja perfectamente con el plan nacional de seguridad del presidente López Obrador», señala.
Perdón, justicia o venganza
Cuitláhuac García decidió tomar posesión del cargo en el pimer minuto del 1 de diciembre, y pare ello pidió al Congreso sesionar a la medianoche para el acto protocolario de traspaso de poderes.
No quiso que su antecesor, Miguel Ángel Yunes, causara más daño.
El gobernador acusa al panista de dejar Veracruz un poco peor de como lo entregó Javier Duarte en 2016; con índices más altos de inseguridad y violencia, y peores indicadores de desarrollo económico.
Afirma que Yunes entregó obra pública sólo para promover «sus acciones», e incluso detalla que los hospitales de Tatahuicapan y Ozuluama, que entregó en 2018, carecen de luz, equipo y servicios básicos, como agua y drenaje.
«El último que inauguró fue el de Tatahuicapan, ese hospital está sin luz, sin agua y sin drenaje, y no tiene nada adentro; el día que lo fue a inaugurar contrataron una planta de luz para que hubiera electricidad, no tiene ni siquiera la tubería que lo conecte al servicio municipal de agua, y eso que son metros. Era una obra nomás para anunciarla, fingir y para justificar el gran desfalco que deja, porque desvió recursos para la campaña del hijo, yo calculo que debió de haber desviado unos 3 mil millones de pesos», señala.
Además, asegura que Yunes dedicó casi todo su gobierno a fingir que perseguía a Javier Duarte, para usar el caso electoralmente y tratar de asegurar el triunfo electoral de su hijo.
Según el gobernador, el caso Duarte se montó de tal forma, que hará imposible que se le castigue, por lo que es probable que sea liberado próximamente.
La negativa para que se le hiciera juicio político en la Cámara de Diputados, la tardanza de la Fiscalía Estatal y de la PGR para armar el caso, la huída de Duarte dos días después de ir a un noticiero de Televisa, su aprehensión en Guatemala y la solicitud de extradición por acusaciones de las que podría librarse, son señales de que hubo un acuerdo.
«No olvidemos que a Duarte se le deja escapar», recuerda el gobernador, «todo lo que se haga es ficticio, porque se le deja escapar y se le deja armar toda una estrategia. Todo fue pactado, desde antes. Y Yunes formó parte de ese pacto».
García explica que la intervención de Yunes para investigar a Duarte aún antes de tomar protesta como gobernador podría configurarse como una acción extra judicial que, a la larga, beneficiaría al priista en su proceso legal.
«Ahí es cuando ves que todo fue fraguado, por eso se tardaron tanto, por eso dejaron que se escapara, por eso lo encontraron en un lugar donde tienes ese tipo de extradición, por eso Yunes presumió tanto y dejaron que lo presumiera, y dejaron que Duarte también alimentara la campaña mediática, haciendo su show, mandando sus cartitas, el show para que Yunes pudiera quedarse con la gubernatura», insiste.
Sin embargo, García asegura que dejará el caso en manos del fiscal que puso Yunes: Jorge Winckler Ortiz, propuesto por Yunes y aprobado por el Congreso estatal para un periodo de ocho años.
El gobernador explica que corresponde al fiscal, y no a él, aclarar todo el caso Duarte, y también investigar a Yunes por los desfalcos que pudieran encontrarse en las auditorías que serán practicadas a su administración.
«Nosotros vamos a dedicar los recursos y el tiempo a hacer justicia social, realmente la demanda es de justicia social. Por eso yo digo, no voy a ir a vengarme de Yunes, se le va a hacer una auditoría, se revisará si fueron recursos federales, y lo local va a caer en manos del fiscal. El Poder Ejecutivo no es fiscal. Le vamos a exigir al fiscal que haga su trabajo», asegura.






