Hay mucho descontento en la Dirección General de Bachillerato (DGB) por la llegada de una nueva directora general, de nombre Claudia Guadalupe Zamora Treviño, de quien se habla sólo llegó por recomendaciones de la familia Uscanga, quienes han vivido eternamente pegados a la nómina de la Secretaría de Educación.
Pues resulta que Claudia Guadalupe, en su discurso de bienvenida comentó a más de 300 trabajadores adscritos a esta dirección que ellos no venían a lastimar ni agraviar al trabajador, pero está resultando todo los contrario porque pese al discurso del gobernador de que «las figuras de asesores, secretarios particulares y choferes, desaparecerían o serian solo para secretarios», la titular de la DGB realizó cambios en las más de 32 jefaturas de esta dependencia, además de traer un equipo de trabajo de 3 secretarios particulares (el cual uno solo funciona para traerle su comida y sus licuados en charola hasta su escritorio), 3 asesores y un chofer.
Otro de los temores que existen con la actual directora, es que los 50 trabajadores de contrato o compensación están con la incertidumbre de lo que va a pasar con ellos; varios se acercaron a solicitar audiencia con la funcionaria y en su tercera semana a muy pocos ha atendido, lo más preocupante es lo que comentan que la instrucción directa del secretario de Educación Zenyanzen Escobar es que todos los trabajadores de este tipo se van ya que tienen compromisos con Morena y tienen que entrar a la nómina.
Precisamente eso es lo más preocupante: que el secretario diga que no existen despidos injustificados cuando ya están armando todo el plan para que en enero sean masivos, y tampoco hasta el día de hoy han pagado ni sueldo ni aguinaldo.
Así las cosas con los recomendados de Jorge Uscanga Escobar y su hija Denisse, que así como pactan con Dios, pactan con el diablo.





