En un país de leyes, Felipe Calderón, estaría impedido para la política. Goza de perdón y olvido de Peña Nieto y de AMLO

Si cuando menos se le hubiera privado de los derechos ciudadanos que establecen los artículos 34, 35, 36, 37 de la Constitución Política Mexicana, Felipe Calderón Hinojosa, ya se hubiera callado y dejaría de estar usando las redes sociales para justificarse y combatir al nuevo gobierno que preside el Lic. Andrés Manuel López Obrador. El distanciamiento entre el Presidente de la Transición Vicente Fox con su sucesor Felipe Calderón, tuvo su origen en el Estilo Personal de Gobernar, al que se refería don Daniel Cosío Villegas, ya que todos los Presidentes de México le han impreso su sello personal al gobierno que para bien o para mal les ha correspondido encabezar.

La debacle del PRI, no comienza en el Sexenio de Fox; ni tan poco en el periodo de su antecesor Ernesto Zedillo, sino más bien se ubica en los sexenios de Echeverría, López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, este último, que joven y multimillonario terminó su periodo y para perpetuarse como líder de la Mafia del Poder, procreó una camada de políticos para ejercer un poder transexenal.

Vicente Fox encontró el terreno propicio para ganar el voto ciudadano apartidista, de los olvidados del PRI, sin oportunidades de desarrollar sus capacidades y empobrecidos, que creyeron que sacando al PRI de los Pinos, se gestaría no solo un cambio de partido, sino un cambio de sistema. Pero la intromisión de doña Martha Sahagún de Fox y su familia anterior al matrimonio con el ex presidente, en poco tiempo se apoderaron de la voluntad de Fox, quien abdicó en favor de su, traicionando al pueblo y olvidándose de sus promesas de campaña.

El ascenso de Calderón a la Presidencia de la República, fue tan dudoso, que varios de los panistas de mayor prestigio, llegaron a pensar que se anularía la elección, ante la duda razonable del triunfo de López Obrador, expresión de la izquierda mexicana que creció desde la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas en el 88, y de no haber sido por el hoy director de la CFE, Lic. Manuel Bartlett, que se sacó de la manga “la caída del sistema”, el ingeniero Cárdenas habría sido el primer Presidente de una coalición de partidos con ideología de izquierda.

Calderón no ha sido juzgado por los delitos de lesa humanidad por la estela de muerte que dejó al final de su sexenio y tanto él como Peña Nieto, no deben gozar de Perdón y Olvido.