Pueblo Mágico resultó nocivo en el embellecimiento de iglesias: INAH

La diócesis de Orizaba ha incurrido en una serie de irregularidades en los colores de pintura de las iglesias, pues estas son uniformes sin respetar el tipo de templo y al santo patrono, declaró el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Fernando Miranda Flores.

Dijo que esto se debe a los lineamientos del programa Pueblo Mágico que siguen y que tienen un aspecto nocivo pues se preocupan por uniformar todo para que se vea “bonito”, sin interesarles los fundamentos, que es algo de lo que se ha estado viendo con las iglesias de Orizaba.

“Pintar las iglesias y uniformar parece bueno pero no es lo mejor, cuando se hace un estudio para decidir cómo vas a pintar algo debe manejarse una justificación”.

Por ello, el funcionario del INAH señaló que hay publicaciones que consideran programas como el de Pueblos Mágicos, nocivo, pues uniforman todo para que turísticamente se vea bonito pero lo que ocurre es que se va “aplanando” todo.

El especialista indicó que los conceptos son distintos, pues no es lo mismo una vocación mariana que un
santo, por ejemplo, pero desde ahí, los atributos del santo son los que dan los lineamientos para decidir cómo decorar y pintar.

Recordó que de eso se tenía plena conciencia en el pasado, «actualmente a los arquitectos sólo se les ocurre lo que es bonito aunque no tenga que ver con la vocación del lugar».

Y agregó: «entonces vas a ver (las iglesias de) Los Dolores y El Carmen en los mismos tonos sin que tengan nada que ver con la vocación del lugar, lo que resulta lamentable”.

Miranda Flores evidenció que algunas cosas no están marchando como debieran en cuanto al cuidado que debe haber en los monumentos arquitectónicos y en parte es por el programa de Pueblos Mágicos, al amparo del cual se hicieron en Orizaba acciones que debieron haber sido de otra manera.

En el caso de Córdoba, comentó que la diócesis ha trabajado de manera adecuada, que es solicitar ante el INAH la autorización para que se haga el estudio de la vocación de cada iglesia, parroquia o capilla para hacer el estudio de policromía y así determinar el color junto con el párroco y se da la autorización.

«Una vez hecho eso, se hace un plano y se pincela la iglesia de manera que armonice con el contexto urbano histórico y no se provoque al Ayuntamiento un daño visual».

Para evitar ese tipo de problemas dijo que se debe de establecer una mesa de trabajo que permita subsanar ese tema para evitar perder elementos arquitectónicos.

No sé han cumplido lineamientos del INAH: Diócesis de Orizaba

El encargado de Cultura y Edición Diocesano en Orizaba, sacerdote Helkyn Enríquez Báez reconoció que existe ignorancia por parte de párrocos o rectores de la Diócesis de Orizaba para cumplir con los lineamientos que marca el Instituto Nacional de Antropología e Historia al momento de pintar las iglesias.

Expuso que en lugar de dar un beneficio se llega a dar una afectación de la obra arquitectónica o artística y eso se ha visto hasta con algunas obras que se han hecho en la misma Diócesis.

El vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, reconoció que hace falta más trabajo en lo que se refiere a la restauración del patrimonio arquitectónico.

«Tenemos que trabajar mucho en el sentido de la protección del patrimonio, a veces fácilmente se tumba una fachada de una casa histórica, un muro de un templo, se hacen labores de intervención que le llaman restauración y no es tal».

Enríquez Báez dijo desconocer si en el caso de las iglesias que se han pintado se solicitó el permiso correspondiente por parte de los párrocos, pues incluso dentro del Derecho Canónico se establece que para una obra de intervención se debe pedir permiso al Obispo.

Indicó que eso depende de cada párroco o rector y en ese sentido insistió en que se deben hacer las cosas bien.

Agregó que en alguna ocasión ya se ha tenido contacto con la delegada del INAH en la zona, Irma Becerril, y han salido bien las cosas.

Reconoció que en ocasiones hay algunos reglamentos o regulaciones que en vez de ayudar a que algo se restaure y mantenga más bien parecen obstaculizar y promover el deterioro y es el otro extremo.

El vocero de la Diócesis consideró que se debe establecer la colaboración entre las diferentes instituciones para que las acciones que se busque realizar, en este caso dentro del programa Pueblos Mágicos, para que no sea sólo embellecer, sino mantener, porque tan sólo con la humedad hay mucha afectación.

Asimismo dijo que parte del alcalde Igor Rojí hay una preocupación por hacer bien las cosas pero puede pasar que cuando se dé cuenta de algo, ya se hizo sin seguir los lineamientos.

Recordó que por ello hay organismos reguladores, como el INAH o el INBA e incluso un catálogo para proteger los monumentos históricos o artísticos.

Mencionó que hay algunos edificios que se pueden intervenir sin mayor problema porque no tienen más de 109 años, pero otros que por su arquitectura, su expresión o autor tienen que ser respetados.

Consideró que en esto todos tienen que colaborar, pues es un patrimonio que no pertenece siquiera a esta generación, sino que es un legado que se debe respetar.