El sacrificio al pagar impuestos, no equivale a los servicios públicos

Mientras la SHCP, a través del Servicio de Administración Tributaria, registra un incremento de 7.8 millones de contribuyentes en 2017, que incluyen nuevos obligados a contribuir con el fisco; se estima para el presente año, alcanzará la cifra de 64.7 millones de personas físicas y morales que aportarán una parte de sus ingresos, para cumplir con el pago de tributos al gobierno federal, cuya recaudación muestra un incremento, apenas suficiente para cubrir el gasto público autorizado en el presupuesto de este año por el Senado de la República.

Lo bueno y lo malo del nuevo gobierno tendría que ser, que reconozca y combata la evasión tributaria, pues el comercio informal, en vez de disminuir, crece diariamente y la propia SHCP ha reconocido la cifra de 40 millones de ambulantes aproximadamente; y después que los ingresos para sufragar los programas asistenciales que ya están en marcha en favor de los ninis y de quienes son la tercera edad, discapacitados y madres solteras, que el nuevo gobierno se apresta a rescatar de la marginación, que obtendrán del pago de los impuestos de los contribuyentes de siempre, se apliquen con honestidad y rendición de cuentas.

Stuart Mill, en su libro “La riqueza de la las naciones” se refirió a diversas teorías para justificar el pago de los impuestos, inclinándose por la de El Sacrificio; pero también consideró otra teoría denominada “Del seguro”, explicando que quien paga sus impuestos, tiene derecho a exigir al Estado, que le proporcione bienes y servicios para una mejor calidad de vida, entre otros la seguridad pública, servicios de justicia, salud, educación, etc.

Otra teoría fue identificada como “Del capital nacional” y con ella se expresa que todo el conjunto de bienes y servicios de una nación, constituyen el capital nacional y que por tanto, quien tiene parte de ese capital, está obligado a contribuir al gasto público.

La cuarta teoría expuesta por Stuart Mill, se llama “De la equivalencia” y en ella expone que los servicios que recibe el contribuyente, son equivalentes al pago de sus contribuciones. Nada más que ahora hay grandes núcleos de la población, que recibirán varios apoyos, sin antes haber contribuido a los gastos del Estado.

Nadie acepta que con el dinero de los contribuyentes, se repita otra “estafa Maestra” y tampoco los negocios sucios como el del pasado gobierno en Veracruz, con empresas fantasmas, sin sanción para sus beneficiarios.