A “Quico” en un principio le endilgaron tórrido romance con la hija de un ex funcionario duartista, un narigón personaje que fue uno de los que también pagó los platos rotos.
Pero cuentan que “Quico”, desde que estaba en la Cámara Alta, está enamorado de una guapérrima regidora panista. Es una bella Flor (su traducción en Náhuatl) que le quita el sueño al munícipe.