Cuando el capitalismo “dependiente” alcanza la etapa de consolidación de los monopolios y del capital financiero, se puede decir que ha llegado al sub imperialismo y que la concentración monopolista del capital está asociada y depende del capital internacional imperialista, hasta en tanto surjan las condiciones para lograr su independencia. Se ha dicho que la prolongación ilegítima del mandato de Nicolás Maduro, ha despertado la ambición de los países del bloque socialista encabezados por Rusia y del lado opuesto, ha despertado la ambición del imperialismo Norteamericano y de sus aliados, para apropiarse en ambos casos del oro negro venezolano.
El bloqueo económico y comercial que ha sufrido el pueblo de Venezuela, Con el cierre de importaciones, ha desatado su pobreza y desesperación, obligando a miles de familias a salir de su país en busca de mejores oportunidades de vida, lo que implica hacer un gran esfuerzo para que dicho proceso migratorio pueda ser exitoso; sin embargo hay otros miles y miles de venezolanos, que se han quedado en su país y que ahora fincan sus esperanzas en el Presidente de facto Juan Guaidó, para echar del poder al reelecto el año pasado en forma antidemocrática.
La exportación de productos manufacturados en Venezuela, ha sido bloqueada y por consiguiente el desempleo y la escasez de dinero y alimentos, llevó a la mayoría de los venezolanos a luchar por un cambio de régimen. Se termino el desarrollo y la estabilidad económica de ese país que ha sido tomado por las fuerzas armadas, bajo el mando de Nicolás Maduro, heredero del comandante Hugo Chávez y aprendiz del comandante Fidel Castro, expresidente durante media centuria de la isla de Cuba, quien resistió el bloqueo de los Americanos y enseñó al pueblo cubano a vivir en el socialismo, apenas superado a la muerte del dictador.
El grupo de Lima, conformado por la mayoría de los países Latinoamericanos ha exigido la renuncia de Maduro y México ha sido el gran ausente por su falta de solidaridad con los venezolanos que han abandonado su país y de aquellos que viven la rebelión interna contra el sucesor de Hugo Chávez. Más pronto de que los maestros de la CENTE regresen a las aulas, el imperio de la fuerza y la economía del país más poderoso del mundo, habrá de lograr su objetivo de reconstruir el sub imperialismo venezolano, en una estrategia que le permitirá aprovecharse del petróleo de la República de Simón Bolívar.