Reto para AMLO aceptar la democracia participativa, escuchando a las minorías

Especialista en temas relacionados con la sociedad post-industrial y los movimientos sociales, el escritor e investigador Alain Touraine, arribó a la conclusión de que “la sociedad forma su futuro a través de sus propias luchas sociales”; y que la democracia no es únicamente el proceso electoral que lleva a la sociedad a elegir a sus gobernantes; sino que: “la democracia es una forma de funcionar de la sociedad y un espíritu que la penetra en todos los aspectos de su vida”.

La Constitución Política de 1917, en la redacción del artículo 3º marca la ruta para luchar de manera permanente en contra de la ignorancia, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios; pero además establece y define a la democracia como un sistema de vida, fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural de la población; en el mismo precepto se reitera que la educación nacional debe ayudar a la comprensión de la problemática social, al aprovechamiento de los recursos y a la defensa de la independencia política, económica y cultural del país.

Por eso no se entiende que exista una división tan grande en el conglomerado social, donde la mitad de la población vive en estado de pobreza y de extrema miseria, y la otra mitad viva luchando por pertenecer a la clase media, que día con día ve disminuir sus ingresos y el riesgo de llegar a perder su patrimonio familiar que con trabajo y esfuerzo ha logrado construir.

Hay un tercer círculo social, reducido y exclusivo, de quienes se han apoderado de la riqueza nacional, sea en la iniciativa privada o en el ejercicio de la deshonesta política, donde siguen haciendo negocios multimillonarios, sin afectación alguna por el nuevo gobierno, cuyos resultados en el combate a la corrupción tendrán que verse cuanto antes, para que no se pierda la esperanza de quienes con su voto decidieron el cambio del sistema político mexicano, con rumbo bien definido hacia la izquierda.

Se entiende y se comprende que gobernar un pueblo, no es tarea de un solo hombre. En tal sentido, el Lic. Andrés Manuel López Obrador debe escuchar la crítica y los desacuerdos de quienes no coinciden con algunas de sus propuestas; pero no solo debe escuchar, sino que debe rectificar cuando lo considere necesario, y en todo caso, eliminar de su gabinete a los ineficaces e ineficientes que no cumplan con sus funciones encomendadas al haber concluido el primer trimestre de su periodo sexenal.