“En todo fracaso hay una oportunidad nueva”. –John Davison Rockefeller.
Dice un dicho mexicano, “el que nunca ha tenido y llega a tener, loco se quiere volver” y ese resabio popular parece que le acomoda a la perfección a los integrantes de la Cuarta Transformación, quienes degustando de las mieles del poder atropellan, violentan y realizan todo lo que juraron no realizar.
Y es que el más reciente capítulo de esta tragicomedia mexicana se desarrolla en el propio Comité Directivo Estatal de Morena en Veracruz, ese que acabará de dejar el delegado federal de Programas de Bienestar y representante de los Programas Sociales del presidente de México en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara –ahora inmerso en el escándalo por señalar que para que estancias infantiles si se pueden tener casos de éxito de las Yalitzas-.
Resulta que a pesar de que el V Congreso Nacional Extraordinario de Morena realizado el pasado 19 de agosto de 2018 facultó a que el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, con base en el artículo 34 de sus estatutos nombrará como responsable de la presidencia del Comité Ejecutivo Estatal de este partido en Veracruz, a Hugo Alberto Martínez Lino en calidad de delegado con funciones de presidente, a algunos militantes no les agrado en nada la propuesta.
A tal grado es el malestar de esta facción de Morena, que a través del secretario General del Partido en la entidad, Gonzalo Vicencio Flores –ex diputado local- que se convocó a una Asamblea Estatal Extraordinaria para discutir precisamente el tema de la designación de la actual dirigencia.
La confrontación llega tras haber logrado mediar con los legisladores locales de Morena que pretendía salir del Grupo Parlamentario en el Congreso, cosa que parece no gustó en algún sector de Morena.
De esta manera se comprueba que, al asumir el poder como fuerza política vencedora en los pasados procesos electorales, los ahora morenistas ambicionan el poder como cualquier otra facción perteneciente a un partido político, dejando de lado aquello de “no mentir, no robar y no engañar al pueblo de México” y desbocando las pasiones.
Es evidente que las pasiones humanas en ocasiones rayan en la locura.
Por el momento el actual presidente de este instituto político, Hugo Alberto Martínez Lino afirma que es solo a base del dialogo como se pueden alcanzar acuerdos y consensos, así como también afirma que su nombramiento esta soportado jurídicamente en base al Estatuto del Partido.
De igual modo Hernández Lino precisó que solicitará ante el órgano jurisdiccional las acciones conducentes a través de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia la que habrá de sancionar a Vicencio Flores por asumir funciones y contravenir un resolutivo del órgano máximo del partido, pero sobre todo por intentar generar división en el mismo partido.
Vaya pues con estos hijos de la 4T que como Caín y Abel se lastiman en su afán por convertirse en los herederos de las llaves del reino.
El infierno de los 100 primeros días
Veracruz enfrenta la peor crisis de gobernabilidad, seguridad, falta de desarrollo económico de la que se tenga memoria, muy a pesar de las extraordinarias intensiones que el presidente López Obrador y de su gobernador Cuitláhuac García Jiménez simplemente las cosas no más no cuadran.
La lista interminable fracasos rebasa ya los 350 muertos, más de 40 feminicidios, robos a mano armada, nepotismo en varias dependencias del gobierno estatal, inoperancia y falta de control en el Congreso –inexpertos en su conducción-, así como una indiferencia del estado a todo lo que significa impartición de justicia, a la que les ha resultado más fácil atacar, culpando de todo cuanto pasa en la entidad a su titular, Jorge Winckler Ortiz.
En estos primeros 100 días nada positivo se puede apreciar, por el contrario, la sociedad no deja de salir de su asombro de contemplar como Veracruz paso de ser un paraíso a un infierno en tan corto tiempo.
Lo grave es que aun abra más.
Al tiempo.
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