No es el gemelo de Javier Duarte ni tampoco es el ex gobernador que se fugó y anda camuflado en lejanas tierras. No, para nada. Se trata de uno de los miembros de la banda organizada de motoristas de Nueva Zelanda, Mongrel Mob; tienen un ritual de iniciación bastante peculiar. Introducen cerveza en el interior de botas de calzar y los nuevos miembros beben de ella. Para los musulmanes no hay nada más sucio que la suela de un zapato. Es probable que no sea la única diferencia entre unos y otros, sin embargo, nada tiene más importancia que la solidaridad, especialmente en un momento tan sensible. El viernes se cumple una semana del atentado que ha dejado 50 fallecidos y decenas de heridos en Christchurch y que fue retransmitido en vivo por el autor durante 17 minutos. Siete días de luto, de llantos y en los que ya se habrán enterrado a gran parte de las víctimas. Los demás, aquellos feligreses que cada viernes de oración cumplen religiosamente con su costumbre de acudir a la mezquita, viven entre el temor de volver a su rutina y la sensación de no poder faltar a su fe. En este contexto, los integrantes de Mongrel Mob de la sección de la región de Waitkato se han comprometido a que reine la paz.





