Ante el silencio prudente y estratégico del Gobierno de Mexico, en relación a las recientes amenazas del Presidente norteamericano Donald Trump, de cerrar la frontera sur y así evitar la entrada de toda persona por nuestra frontera, al vecino país del norte, la Secretaria de Gobernación Olga Sanchez Cordero, ha salido al paso para aclarar ante los medios de comunicación, que el flujo migratorio hacia la Unión Americana no resulta considerable en número de mexicanos, que pudieran ocasionar la molestia del Presidente Trump.
En tal sentido, la titular de gobernación indicó que estamos frente a una decisión unilateral que sólo puede tener como respuesta “paz y amor” interpretando la posición que ha guardado AMLO para evitar todo tipo de confrontación que en lugar de pacificar a nuestro país, suelte a los demonios y como decía nuestro paisano el ideólogo Jesús Reyes Heroles, y se pueda despertar “el México bronco” que nos conduciría a una guerra civil, de cuyos resultados nadie saldrá vencedor.
Ahora que lo dicho por Sánchez Cordero, en el sentido de que las caravanas de migrantes centroamericanos “son una realidad”, no un mito para provocar al gigante de Norteamérica; y que la prudencia debe prevalecer por respeto a los derechos humanos de los migrantes, facilitándoles los medios para que regresen a su país de origen, constituyen las mejores garantías de sobrevivencia y demuestran la buena voluntad y solidaridad de la política humanitaria de nuestro país.
La principal queja de los migrantes es en contra de los gobiernos dictatoriales de Daniel Ortega de Nicaragua, Jimmy Morales de Guatemala; Salvador Sánchez de El Salvador; Juan Orlando Hernández de Honduras y Nicolás Maduro de Venezuela. Y los relatos de persecución y muerte justifican plenamente el exilio de quienes luchan por su sobrevivencia.
Regular las fronteras de México ocupando la fuerza pública contra migrantes enfermos, anémicos, mujeres y niños en las más precarias condiciones de subsistencia, constituiría una barbarie; y es por ello que la política oficial del gobierno de AMLO, para contener a las caravanas de centroamericanos debe continuar sin agresiones, con absoluto respeto a los derechos humanos y buscando a través del diálogo entre los países involucrados, resolver el problema desde su origen, interpretando fielmente la posición firme y decidida del Presidente López Obrador.