De acuerdo con Wikipedia, el nombre real de Cuitláhuac era Cuauhtláhuac que quiere decir “Águila sobre el agua”. Pero la Malinche en son de burla o desprecio lo llamó Cuitláhuac y así quedó plasmado en la historia.
Cuitláhuac se deriva del verbo náhuatl cuitlahuiā, que significa “estar a cargo de algo” y cuya forma de participio es cuitlahuac, “el que ha sido encargado de algo”.
Si algo tuvo el penúltimo rey azteca fue honrar su nombre porque le encargaron la defensa de Tenochtitlán y entregó muy buenas cuentas.
Al morir Moctezuma, Cuitláhuac fue elegido gran Tlatoani y de inmediato desplegó una gran actividad para alistar tropas y buscó alianzas con algunos pueblos para destruir a los invasores. El 7 de septiembre de 1520 durante los homenajes por su coronación, fueron sacrificados todos los españoles y aliados que habían caído prisioneros en el palacio de Axayácatl.
Acongojado y triste por la derrota ante las huestes del Tlatoani, Cortés lloró y al preguntarle a Malitzin quién comandaba a los mexicas, ésta respondió con ironía “Un tal Cuitláhuac”, que traducido coloquialmente y tomándolo dentro del contexto del despecho por la derrota, sería “un hombre valiente” o “un fuerte hombre”.
Hasta ahí lo que dice Wikipedia.
El reinado de Cuitláhuac duró muy poco; la viruela lo mató a los 44 años. Pero de haber vivido más tiempo no estaríamos hablando de la Conquista.
Como quiera que sean, 498 años después de aquella corretiza y carambiza a los españoles, otro Cuitláhuac ascendió al trono, pero esta vez en Veracruz y de la mano de un millón 600 mil votantes que le dijeron: “Peor no podemos estar, lo único que tienes que hacer es sacarnos adelante”.
Y es la hora…
A 120 días de su toma de posesión, Cuitláhuac el de Veracruz no ha hecho nada relevante y su popularidad se desbarrancó en un suspiro.
En febrero la encuestadora Arias Consultores lo colocó como séptimo en el ranking de 32 gobernadores ya que alcanzó el 46.1 por ciento de aceptación.
Un mes después la misma encuestadora lo colocó en el lugar 26 con 23.1 por ciento de aceptación. Es decir, Cuitláhuac cayó 18 lugares y 23 puntos porcentuales en apenas 30 días con un rechazo del 63 por ciento. Sólo el 30.5 por ciento de los veracruzanos le sigue teniendo confianza contra el 69.5 que ya se la perdió.
El 25.8 por ciento de los encuestados dicen que ha mejorado la entrega de apoyos contra un 63.9 que lo niegan. El 17.6 por ciento aseguran que ha mejorado la obra pública mientras que el 75.5 contestó negativamente. El 14.6 por ciento manifestó que mejoraron los servicios de Salud contra un 77.7 por ciento que lo negó.
¿Ha disminuido la corrupción? preguntó Arias Consultores y el 16 por ciento de los encuestados dijo que sí mientras el 77.4 por ciento dijo que no.
¿Ha mejorado la seguridad en su estado? Sólo el 5 por ciento contestó que sí; el 3.9 dijo que no sabe y el 91.1 por ciento dijo que no ha mejorado.
En cuanto a la percepción de seguridad el 9.9 por ciento contestó que se siente seguro pero el 90.1 por ciento dijo que no. Esto es; 9 de cada 10 habitantes se sienten inseguros en Veracruz.
La bronca es que no se ve cómo el gobernador pueda mejorar estos números para la siguiente encuesta cuyos resultados serán en treinta días.
Cuitláhuac no ha honrado su nombre, es decir, no se ha responsabilizado del estado que le encargaron los veracruzanos. Sin embargo, está feliz por el espaldarazo que le dio AMLO al llamarlo “Excelente gobernador”.
Cuidado, otro en su lugar no estaría tan confiado.
Y es que lo mismo dijo Echeverría a un gobernador de Sonora antes de ordenar su destitución. Y López Portillo, todo sonrisas él, palmeó y abrazó en público a un gobernador de Coahuila al que corrió días después.
Cuitláhuac el rey mexica, tuvo un reinado de apenas ochenta días, pero pasó a la historia como un guerrero valiente que hasta la fecha es recordado y honrado por los tatatataranietos de sus súbditos.
En contraparte, el Cuitláhuac de Veracruz lleva 122 días como gobernador, es decir, cuarenta y dos días más de los que gobernó su tocayo y sigue en stand by.
Alguien debería decirle que la raza jarocha no votó por él para tenerlo como figura decorativa.
En la misma página donde Wikipedia da a conocer el significado de la palabra Cuitláhuac, dice que el prefijo Cuitla quiere decir “excremento” o “algo difícil”. Al gobernador le dicen “Cui”, pero aguas con que le agreguen el “tla” porque entonces habrá valido gorro la aceptación (y con ella el respeto), que aún le tienen el 23.1 por ciento de los veracruzanos.
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