Esta tarde de domingo, aterrizaron en el aeropuerto internacional de Veracruz dos aviones cazahuracanes (WP-3D Orion), de la Fuerza Aérea Norteamericana.
Los aviones cazahuracanes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos, son aeronaves del tipo Lockheed WP-3D Orion obtenidos a mediados de los setentas, y que gracias a un excelente mantenimiento, se utilizan hoy en día para monitorear y estudiar los ciclones tropicales y la calidad de la atmósfera.
Desempeña un papel clave en la recopilación de información a baja altitud para complementar los datos no disponibles en imágenes de radar o satélite terrestres para la investigación y predicción de ciclones tropicales.
Para volar cuentan con cuatro motores Roll Royce T56-14 turboprop de 4 mil 600 caballos de fuerza cada uno, además de estar equipados con sistemas de radar en su fuselaje inferior, de radar Doppler en la parte trasera y un radar Rockwell Collins en su punta.
La tripulación de un Orion se conforma de dos pilotos, un ingeniero de vuelo, un navegador, un meteorólogo como director de vuelo y 2 o 3 especialistas en ingeniería.
Con los datos obtenidos del avión cazahuracanes de la NOAA, los pronósticos se vuelven más certeros, ya que se mejora en un 30 por ciento las previsiones sobre la posible trayectoria de los huracanes y su probable zona de impacto en tierra.
Una vez decodificada la información y con una correcta interpretación de los modelos numéricos, se pueden realizar planes de prevención y emitir alertas tempranas y programas de protección civil.
Mientras vuela a través del ciclón tropical, la tripulación a bordo del avión lanza sondas llamadas Dropwindsondes equipadas con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) que transmiten continuamente medidas de presión, humedad, temperatura, dirección y velocidad del viento a medida que caen al mar, proporcionando una visión detallada de la estructura de la tormenta y su intensidad.
Con el radar Doppler que se encuentra en la cola del avión y los sistemas de radar de su fuselaje inferior, exploran la tormenta vertical y horizontalmente, dando a los pronosticadores una visión en tiempo real del sistema.
Una vez verificada la precisión de los datos, se transmiten desde la aeronave a los Centros Nacionales de Predicción Ambiental y al Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Miami, Florida, para su inclusión en modelos numéricos mundiales y de huracanes.
Los aviones permanecerán en el aeropuerto para exhibición.