El día de hoy termina el 2º periodo ordinario de sesiones en las 2 cámaras, de diputados y senadores, que conforman el Honorable Congreso de la Unión. La Constitución Política Federal en el artículo 66, permite que los periodos puedan prolongarse más allá de su fecha de conclusión y en caso de desacuerdo será el Presidente de la República quien defina con la directiva de ambas cámaras la fecha de Término para las sesiones ordinarias.
El trabajo de cabildeo del diputado Porfirio Muñoz Ledo, ha resultado un factor importante, para ir dándole forma y base jurídica a las políticas de la 4ª transformación, implementadas por López Obrador, mismas que en su mayor parte fueron promesas de campaña del candidato presidencial de MORENA. El senador Martí Batres Guadarrama, ha demostrado el manejo político y la experiencia adquirida en su formación desde la izquierda mexicana, haciendo el 1- 2 con el senador Ricardo Monreal, cuya experiencia en esta 3ª ocasión que ocupa en escaño senatorial, es de sobra conocida.
Por otro lado, las contradicciones de algunos diputados que se consideraron hombres fuertes de la 4ª transformación, como Mario Delgado, en su carácter de coordinador de los diputados de MORENA, primero enarboló la bandera en contra de la reforma educativa heredada del gobierno de Peña Nieto, de la que dijo en declaraciones a la prensa, que no le quedaría ni una coma vigente, pues la pretensión desde un inicio, fue su abrogación. Sin embargo correspondió al propio Presidente de la República, dar la instrucción de dejar sin efecto jurídico alguno a la reforma educativa de Peña Nieto.
A todas luces ha quedado mal el diputado Mario Delgado, pues habiendo sido el encargado de ea tarea, tuvo que esperar la firma de un memorándum presidencial, tan fuertemente criticado por juristas de toda talla, debido a que es de todos sabido que un memorándum jamás podrá estar por encima de la ley, pero ante la presión de la sección 22 de la CENTE, no le quedó más remedio al presidente, que dar un manotazo en su escritorio y poner fin a ese infructuoso debate.
De los vicepresidentes Dolores Padierna de MORENA; Marco Antonio Adame del PAN y Dulce María Sauri del PRI, de quienes se esperaba un buen trabajo legislativo, no han podido trascender en la tribuna ni en comisiones y por ende se les puede calificar como “diputados de ornato” o convidados de piedra, ante su pasividad y silencio.





