Hablar de redes sociales es un tema que siempre genera controversia. Se usan tanto de manera positiva como negativa. En esta ocasión no hablaré de política, pues allí solamente sirven para denostar y echar porras al gobernante en turno.
Socialmente, como puntos a favor, han servido para localizar a personas, animales o cosas, pues su inmediatez al compartir la información ha generado también que nos mantengamos informados al instante de los sucesos que acontecen en el día, como bloqueos, accidentes, incendios, entre otros.
Dentro de los puntos negativos se encuentran las famosas fake news o información falsa que se comparte en ellas, además de que han servido muchas veces para hacer bullying y por desgracia, actualmente los delincuentes las utilizan para seleccionar a sus víctimas, de acuerdo a su estatus económico, a su edad o a su género. ¡Así que cuidado con lo que publica en sus redes! Pues el carro nuevo que se compró, los viajes que realizó y los lugares a donde usted fue a comprar o a comer, para los delincuentes solamente indican que usted tiene cierto poder adquisitivo y puede ser blanco de extorsión, robo o secuestro.
Ahora bien, los y las adolescentes son muy dados a publicar fotos con sus amigos, los lugares que frecuentan, las escuelas a las que asisten y muchas fotos de cuerpo completo.
Actualmente, el grooming ya es una amenaza que se hace presente en las redes sociales, que tiene como blanco a los menores de edad.
El término “Grooming” se utiliza para hacer referencia a todas las conductas o acciones que realiza un adulto vía electrónica con el objetivo de obtener beneficios sexuales.
El Grooming inicia en redes sociales, cuando el adulto previamente ha detectado a su víctima; crea un perfil falso, el cual coincide con los gustos del menor y hasta en la edad; le manda solicitud de amistad y poco a poco empieza a ganarse su confianza, al grado de que el acosador puede conseguir el celular del menor para escribirle mediante whatsapp y preguntarle datos sobre su vida cotidiana. Ya una vez que se ganó la confianza, incluso muchas veces usando hasta regalos, puede mostrarse y engañar al menor diciéndole que tuvo que cambiarse la edad “pues sus padres nunca hubieran permitido esa amistad”; de allí pueden empezar videollamadas y subir de tono las conversaciones hasta pedir fotos o videos de carácter sexual. Posterior a eso vendrá el chantaje para que los menores se sientan culpables y tengan miedo de que sus fotos o conversaciones sean publicadas y distribuidas en internet.
Es complicado que los padres detecten el grooming, pero siempre deben de estar alerta a ciertas señales, como que los menores se vuelvan introvertidos o esquivos; se encierren con frecuencia en su habitación como en el baño; se conecten a la red cuando la familia esté fuera de casa o durmiendo; tenga problemas para dormir; muestre falta de apetito, nerviosismo, diarreas, dolor, irritabilidad; manifestaciones psicosomáticas como dolor de estómago, de cabeza, del cuerpo en general o afectaciones de la piel.
Ante cualquiera de estas señales, se recomienda acercarse a los menores sin acosarlos, extremar la vigilancia de sus redes y detectar al perfil acosador, más no denunciarlo en la red, ni bloquear al usuario ya que lo pondría en alerta. Inmediatamente debe acudir a denunciar el caso a la autoridad competente para la intervención de la policía cibernética.
En Veracruz, en la última semana, se suscitó la desaparición de cuatro menores de edad que fueron reportados en redes sociales; uno de ellos se relacionó con la red de facebook donde contactó a una persona con la que supuestamente se fue.
Recuerde que los menores son los más indefensos en las redes sociales y es necesario estar atentos para evitar que sean el blanco perfecto.
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