Guillermo Manzano es más un intelectual que un publirrelacionista. Es más un devora-libros que un diseñador y ejecutor de políticas de comunicación social. Si desde un principio Hipólito lo hubiera nombrado coordinador de ediciones y publicaciones del Ayuntamiento, el alcalde de Xalapa se hubiera ahorrado muchos sinsabores con los medios de comunicación y las ahora apabullantes redes sociales.
Mientras cuestionaban o criticaban al presidente municipal, el poeta se acostaba en la hamaca a leer novelas, cuentos o reseñas literarias. No había contención ni manejo de crisis.
Mientras era urgente cacarear a los cuatro vientos algunas acciones y obras importantes, el escritor escribía y soñaba con ser algún día Jorge Luis Borges o Gabriel García Márquez.
El Anti-Jefe de Prensa creía –y así convenció por un tiempo a su jefe- que con las redes sociales, unos cuantos medios, su programita de radio y su panfletito “Florece Xalapa”, era necesario para “difundir” los “logros”.
Huraño, ensimismado, encerrado en su laberinto, déspota, soberbio, descortés, muy pagado de sí mismo, se sentía muy sobrado, la última coca cola del desierto, apenas convivía o dialogaba con algunos reporteros o directivos de medios.
El resto estaban expulsados de su paraíso, por odios o recelos, recientes o antiguos. Vetaba a quien quería. Se sentía el amo y señor de su pequeño feudo. A los que disentían los etiquetaba como la “prensa mercenaria”, la prensa yunista, prensa priista, prensa perredista, los que “golpean porque piden dinero”. Y su superior se creía esas engañifas. No se daba cuenta el edil que su subordinado le estaba endosando a toooodos sus “enemigos”.
Pero ahora parece que todo cambiará. Hipólito se dará cuenta que quienes le arrimaban el caballo era por culpa de Memo. El objetivo de los dardos no era necesariamente el presidente municipal, sino que en lugar de tener un “escudo” en el área de Comunicación Social, el munícipe tenía un “atrae-rayos”. Y así, vocero y edil, todos, salían chamuscados.
Llega a esa importante área Mauricio Villa Amezcua, un auténtico profesional de los medios de comunicación, poseedor de una sólida formación académica, pero sobre todo con un carácter más conciliador y abierto al diálogo.
Nos cuentan además que es muy probable que a ese equipo de trabajo se podría sumar David Islas, un joven muy cercano a Hipólito, y que desde hace ya un buen rato maneja las cuentas de las redes sociales del alcalde y era hasta hace poco asesor en materia de comunicación de Hipólito. Parece que, ahora sí, Xalapa florecerá.