El tirano y a la autocensura…los perversos aliados contra la Libertad de Expresión
Durante la gira de Nikita Kruschov a los Estados Unidos en 1959, se hizo acompañar de una gran comitiva, en la misma iba el director del diario oficial Pravda.
En una visita que el funcionario hizo a The New York Times, el editor del rotativo le presumió la libertad con la que hacían la crítica, que incluía al mandatario estadunidense.
El soviético respondió con una pregunta: ¿escribiría usted contra su director?
La fina ironía era clara: el Primer Secretario del PCUS, era el jefe de todos los editores de los medios de la extinta URSS, por lo tanto, no podían tundir a su patrón, como tampoco podría actuar ningún editor del mundo contra su jefe…salvo que buscara perder el empleo.
Esta anécdota la complementamos con otra local, la frase de José López Portillo cuando cortó la publicidad gubernamental al semanario Proceso: ¡no pago para que me peguen!
Ambas historias nos sirven para reflexionar sobre la crisis de los medios, ante la falta de publicidad gubernamental. Por ello, planteamos tres preguntas:
¿La reducción presupuestal obedece a que la línea editorial de los medios es muy crítica?
¿Se convierte el Estado en ‘editor de facto’ al contratar publicidad en un medio?
¿Los medios privados deben renunciar al financiamiento público y buscar alternativas que les permitan un ejercicio sin cortapisas de la libertad de expresión?





