Los golpes bajos y la calumnia, reflejan el miedo al resurgimiento del PRI

A escasos dos meses de haber tomado posesión como presidente CDE del PRI, Marlon Ramírez Marín, es blanco de la guerra sucia que ocultos personajes de la política, han iniciado para contrarrestar el trabajo del nuevo dirigente del tricolor, quien con mucho ánimo ha iniciado la reconstrucción del partido agrupando a militantes y simpatizantes leales al PRI, incluidos los decepcionados del gobierno morenista, por los incumplimientos y mentiras de sus ofertas de campaña.

Una de las estrategias para distraer a Marlon, consiste en el robo de identidad o usurpación de su persona, mediante falsas llamadas para “amarrar navajas” entre correligionarios o para desprestigiar a los nuevos liderazgos, haciéndose pasar por miembros de la cúpula del PRI, para amedrentar y extorsionar a los sorprendidos destinatarios de telefonemas anónimos, mensajes por WhatsApp y redes sociales.

La difamación no alcanza a desgastar la imagen pública de un político, cuando su trayectoria lo avala como luchador social y redentor de las causas del pueblo. De todas formas, habría que preguntarse si únicamente el pretendido robo de identidad en contra de Marlon Ramírez Marín, se queda en un intento por causarle un daño moral que no prosperó, por la rapidez con que se denunció ante la Fiscalía Regional competente. Lo que no garantiza que los enemigos del líder o del partido, dejen de molestar con alguna otra forma de juego sucio.

El escritor italiano Nicolás Maquiavelo, recomendaba cuidar escrupulosamente la elección de los miembros del equipo cercano al líder para conservar el poder; cuidando los ataques del exterior y evitando, hasta donde es posible, la traición. Vale mas un grupo pequeño y eficiente de cercanos colaboradores, que un grupo grande, desordenado en donde se pudieran filtrar infieles proclives a la traición.

Maquiavelo decía de las inteligencias cercanas al líder, que hay un grupo de los que entienden por sí mismos; otro grupo que discierne lo que otros entienden y un tercero formado por los que no entienden ni por sí, ni por otros; obvio que un dirigente político solo debe aceptar a los que reúnen las cualidades del primer grupo.

De ahí que el golpeteo que apenas se inicia y que pretende evitar la reconstrucción y el fortalecimiento del PRI Estatal, debe desactivarse, con la rapidez y oportunidad con que lo hizo Marlon, quien además deberá estar alerta para cualquier otra eventualidad que se presente.

Marlon-Ramírez