Aprueban uso de la bremelanotida, el viagra femenino

Después de casi 20 años de investigación biomédica y millones de dólares invertidos, la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos aprobó el pasado 21 de junio el uso de la bremelanotida, un medicamento útil para el tratamiento del “desorden de deseo sexual” o actividad sexual reducida en mujeres, también conocido como desorden sexual femenino o HSDD, por sus siglas en inglés.

EL HSDD se caracteriza por una marcada disminución del deseo sexual y ausencia de motivación para tener actividad sexual, lo cual genera angustia. De hecho, de acuerdo con los especialistas, es la angustia el síntoma distintivo que diferencia al HSDD de otros tipos de hiposexualidad o actividad sexual reducida.

Falta de deseo sexual y desbalance de los mecanismos cerebrales

Los datos científicos generados en los últimos 20 años en el laboratorio de Jim Pfaus, del Center for Studies in Behavioral Neurobiology de la Universidad Concordia en Montreal, Canadá, indican que el HSDD puede ocurrir a partir de un desbalance de los mecanismos cerebrales que regulan las respuestas sexuales en todos los mamíferos, incluidos los humanos.

La actividad exagerada de la superficie prefrontal del cerebro puede producir una cascada de eventos que, a su vez, producen la inhibición de la motivación sexual, junto con los mecanismos de excitación a nivel del sistema límbico o emocional del cerebro que pueden estar poco activos. Las vías excitadoras del deseo sexual más conocidas incluyen neuroquímicos como la norepinefrina, oxitocina, dopamina y melanocortina; mientras que la serotonina, los opioides y los endocannabinoides son neuromoduladores de las vías de inhibición del deseo sexual. La disminución de mecanismos excitatorios o el aumento de mecanismos inhibitorios resultan en HSDD.

La bremelanotida es un fármaco que actúa imitando a la melanocortina, uno de los neuromoduladores que participan en el incremento de la excitación sexual y que activa a una vía conocida como MC4. Los múltiples experimentos que se realizaron en el laboratorio de Jim Pfaus mostraron que los receptores MC4 son importantes en una región cerebral llamada área preóptica media. Cuando la bremelanotida se une al receptor MC4 produce una cascada de eventos que incrementan la irrigación a los genitales. Con estos mecanismos, la bremelanotida actúa sobre varias vías neurales teniendo un efecto sobre la motivación y excitación sexual.

La evidencia indica que el fármaco incrementa conductas de motivación sexual, sin perder el control de la situación

Cabe mencionar que la bremelanotida no es un fármaco que genere deseo sexual descontrolado. Únicamente funciona en condiciones donde se tienen suficientes niveles hormonales de estrógenos y progesterona, incrementando las conductas indicadoras de deseo, sin afectar las conductas del control del comportamiento sexual.

Por ejemplo, en los estudios iniciales de Pfaus con ratas, se mostró que dosis subcutáneas de 100 o 200 microgramos producían en menos de 30 minutos las conductas de solicitación de las ratas hembras hacia los machos; es decir, las hembras tratadas con bremelanotida incrementaban sus conductas de motivación sexual, pero nunca perdían el control de la situación. Copulaban cuando lo deseaban y se detenían cuando ellas así lo decidían.

Originalmente la bremelanotida fue patentada con el nombre de PT141 por la empresa Palatin Technologies de New Jersey, que habría comprado el compuesto a Competitive Technologies de Arizona por 800 mil dólares. Después de 20 años de invertir en investigación y promover su aprobación para uso clínico, Palatin finalmente vendió los derechos a la empresa AMAG Pharmaceuticals por 80 millones de dólares. Su nombre comercial es Vyleesi[Símbolo], un producto de prescripción médica para autoinyectarse. La investigación sobre sus beneficios y efectos secundarios sutiles o graves debe continuar y seguramente generará mayor aceptación por la comunidad médica o modificaciones por la FDA.

Desde hace más de 20 años, el Centro de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana ha colaborado ampliamente con el laboratorio de Jim Pfaus. Han sido publicados en conjunto varias decenas de artículos científicos enfocados a dilucidar los mecanismos neurobiológicos que subyacen al comportamiento sexual y a la reproducción. Asimismo, se han formado investigadores y se han generado tesis de maestría y doctorado en conjunto.

Sin duda, se trata de un tema altamente polémico en diferentes círculos sociales; no obstante, también se reconoce como un tema de la mayor relevancia para la salud sexual y reproductiva de la población.