Quizá en el fondo sean promotores del cambio climático y de la eliminación del clímax
De seguro versos del Flaco de Oro como aquel que dice: noche que se desmaya sobre la arena, podrían ser considerados como propiciatorios de un ‘mundo de fantasía’ (depravada, no de Disney), de acuerdo a la cosmovisión de los nuevos Girolamo Savoranola.
Viene a cuento lo anterior, porque un funcionario de nombre Manuel Sánchez Zamudio, coordinador del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS), del puerto de Veracruz, señaló que la mayor incidencia de VIH-SIDA en la ciudad, obedecía a circunstancias derivadas de “la vida nocturna, el clima y eventos como el carnaval”.
Obviamente el determinismo geográfico de este señor es un insulto a la inteligencia. Ahora resulta que ante las fallas en las políticas públicas que diseñan lo relativo a la medicina preventiva, la culpa es de los calenturientos ciudadanos y de las tradiciones carnestolendas.
Suponemos, bajo la ramplona reflexión del señor Sánchez, que lo ideal sería que hubiese una nueva glaciación, además de eliminar las insanas costumbres tropicales para acabar con la funesta epidemia, eso sí, a los Mesías tropicales se les respetaría, no vaya a ser que acusen al susodicho de ser un fifí.
Ni hablar, todo indica que el cretinismo se impone sobre los procesos científicos.
Con la pena Celia, pero la vida no sólo es carnaval, también es tragedia.





