Con Romero Deschamps no fue necesario un violento «Quinazo». Fue muy al estilo de la destitución del entonces líder magisterial Carlos Jonguitud. «Señor, me hubiera dicho, y yo con dos cachetadas me aplaco», tal vez dijo Carlitos.
Con Romero Deschamps no fue necesario un violento «Quinazo». Fue muy al estilo de la destitución del entonces líder magisterial Carlos Jonguitud. «Señor, me hubiera dicho, y yo con dos cachetadas me aplaco», tal vez dijo Carlitos.