Gobernando a escobazos

Adivina adivinador: ¿amoroso por fuera resentido por dentro?

Uno de los sonsonetes, que pretende hacer pasar por idea-fuerza, del discurso del presidente López Obrador, es decir que Felipe Calderón actuó contra el crimen organizado con la fallida estrategia de ‘bajar el panal a escobazos’.

Sin embargo, en esta, al igual que en otras ocasiones, el tabasqueño es víctima de su lengua.

Aunque en un principio ‘las mañaneras’ fueron un mecanismo novedoso de comunicación política, con el paso del tiempo se han convertido en un evento aburrido, reiterativo y en una suerte de ‘arenas movedizas’ donde el Tlatoani cada que habla, se hunde más.

Ante los desatinos de su gobierno en materia económica y de seguridad, cuando el señor López es increpado por los periodistas (los de verdad, no los paleros), suele salirse de sus casillas y caer en el insulto por respuesta ante la falta de argumentos.

Así pues, lo mismo le da llamar perros sin bozal a los tunde teclas, que represores a los militares, fifís a los científicos, mafiosos a los opositores y vulgares ambiciosos a los morenos desbocados.

Sin duda, ante la falta de resultados, don Andrés da palos de ciego y se encuentra en su camino un panal de abejas, por lo que de nuevo, se tropieza con sus propios dichos.