Cuitláhuac le hizo el feo a los antorchos

A quien dicen que le acaban de dar un jalón de orejas es al Jefe de la Oficina del Gobernador, Esteban Ramírez Zepeta, pues no checa bien qué personajes incómodos o non gratos pudieran estar presentes en eventos a los que el mandatario estatal acude.

La regada más reciente del chaparrito fue cuando dieron por confirmada la asistencia del gobernador Cuitláhuac García Jiménez a un torneo de natación celebrado el pasado viernes 15.

Pero o está desinformado o de plano no le fosforean las meninges a Ramírez Zepeta porque no le “cayó el veinte” que dicho torneo era patrocinado nada más y nada menos que por la organización Antorcha Campesina. Obvio es que ahí iba estar, como finalmente sucedió, el dirigente estatal de esa agrupación, Samuel Aguirre Ochoa.

La bronca es que dicen que ya iba en camino el buen Cuitláhuac, cuando uno de los informadores políticos dio el pitazo de que en el presidium se encontraba Aguirre Ochoa. Cuentan que ipso facto, el mandatario estatal se dio vuelta en “U” y retornó. Pero qué necesidad, diría el Divo de Juárez.

Tal vez Esteban se confundió porque la justa deportiva fue organizada por la Universidad Anáhuac, y por eso -quisiéramos pensar- se fue con la finta de que iba a ser un evento 100% friendly al cuitlahuismo.

Pero a todo esto, si ahí estaba presente Aguirre Ochoa, ¿eso qué tiene que ver? Pues hubiera llegado el mandatario estatal al evento y punto. Nada le hubiera quitado saludar a alguien que forma parte de la oposición, y hasta se hubiera visto respetuoso y civilizado con los que no forman parte de Morena. Digo, es de tantita civilidad política y tolerancia hacia quienes no piensan como el Ejecutivo Estatal.

Porque no puede el Gobernador andar checando si en tal o cual evento va a estar presente alguien que le cae mal. Pero mientras les entra el rollo de la pluralidad y respeto en su cabecita, el despistado de Ramírez Zepeta tendrá que seguir investigando quiénes irán a los actos oficiales o no oficiales para que el jefe se sienta cómodo y como en casa.