Hace 3 décadas, se quejaban los habitantes del entonces Distrito Federal, de la contaminación ambiental; la respuesta de las autoridades desde el Regente de la Ciudad hasta los elementos de las corporaciones de policía y tránsito, era culpar a los camiones de transporte público y a los automóviles que por falta de afinación en sus motores dejaban escapar gases tóxicos y partículas contaminantes, que enfermaron por muchos años los pulmones de la población citadina.
Al mismo tiempo en que se contaminaba sin control el medio ambiente en el D.F. las noticias que llegaban de Europa, acusaban una gran contaminación en el espacio aéreo de las ciudades de París, Londres y Alemania, por solo citar a esas 3 importantes urbes; envenenándose el medio ambiente, a tal grado que proliferaron enfermedades graves en las vías respiratorias y hasta se dijo que de no parar la contaminación, muy pronto se vería morir a los ciudadanos en plena vía pública.
Hoy la capital Francesa y la cede del Palacio de Buckingham en Inglaterra, permanecen con cielos despejados y sin riesgos para la salud de las personas, animales y vegetales; no así, la capital del país Germánico, donde las autoridades han cancelado para este fin de año, la celebración con fuegos artificiales, para no seguir contaminando el medio ambiente.
Informes oficiales sobre la venta de fuegos artificiales, afirman que los petardos que se queman en la celebración del Año Nuevo, liberan aproximadamente unas 5 mil toneladas de partículas finas, nocivas para la salud humana y animal, equivalentes a la contaminación que produce el tráfico de vehículos durante 2 meses.
Las medidas restrictivas de las autoridades alemanas no han sido suficientes para terminar con la vieja costumbre de la quema de fuegos artificiales; y según estimaciones, para esta celebración la población que se revela a obedecer la restricción, gastará en esta diversión un estimado de 133 millones de euros en la quema de petardos.
En la CDMX, las autoridades de Medio Ambiente, parece que lo único que saben es restringir y sancionar para captar mayores ingresos que no se aplican al remedio de la contaminación ambiental y por solo mencionar los 3 recientes incendios en los mercados, como si no existiera la Protección Civil, reina la anarquía y la informalidad en el comercio y tráfico de los fuegos artificiales. Mientras la contaminación sigue igual o peor que hace 30 años.
