¿Asuntos de Estado o de estadio?

Esas ‘cajas chinas’ no las tienen ¡ni los chinos!
La economía del país está en plena recesión, la violencia no cesa, hay desabasto de medicinas, recorte a la investigación científica, protestas estudiantiles, una amenaza de pandemia y el señor presidente, está ocupadísimo en rifar un avión.
Todos los días nos receta propaganda sobre el mentado aeroplano: que si es un palacio para los cielos, que si hasta Justin Trudeau le pareció muy lujoso y desairó su posible compra…
La estrategia es tan previsible que hasta vulgar resulta: sólo busca distraer.
En anterior ocasión lo comentamos: es necesario implementar un protocolo en los medios de comunicación, para dar una trato justo a ese tipo de notas: ignorarlas.
Lo que en un principio se podía celebrar, por tratarse de una desacralización de la investidura presidencial, se ha convertido en una actitud facciosa que a estas alturas del partido, sólo puede considerarse como una falta de respeto a la inteligencia y al ciudadano.
El presidente López Obrador, que se asume como un hombre innovador que busca transformar el quehacer político, en realidad, esgrime todos los artilugios del populismo.
Haga un diferenciación don Andrés: de show a sus seguidores y gobierne para el resto.