En 2016, la ONU marcó en el calendario mundial el 11 de febrero como la fecha para celebrar y reconocer a las niñas y mujeres en la ciencia, pero sobre todo, para recordarnos que somos capaces de alcanzar todo aquello que podemos soñar; es por eso que elegí esta ocasión para dar inicio a este espacio.
Hace algún tiempo, una buena amiga, mientras le compartía mis aspiraciones, me enseñó que “el cielo es el límite” y eso es justo lo que quiero compartir en estas líneas. Las mujeres somos capaces de lograr absolutamente todo cuanto nos proponemos, rebasando incluso -con la ciencia y la tecnología- las fronteras celestes, porque tenemos la capacidad, el talento, la inteligencia, disciplina y, además, porque nos gusta asumir retos, y el mundo entero se ha empeñado una y otra vez en desafiarnos para demostrar que distamos mucho de ser el sexo débil, que somos seguras, organizadas y creativas, que somos mucho más que un cuerpo y una cara bonita, que somos profesionales, líderes, trabajadoras, fuertes y guerreras.
Desde tiempos remotos, las mujeres hemos estado interesadas en la ciencia y el conocimiento, es así que al rededor del año 1420 tuvieron lugar los juicios en contra de las “brujas”, que eran aquellas mujeres curanderas, quienes dominaban las alquimias, pociones, herbolaria, las propiedades de los distintos recursos naturales al alcance, mismas que eran identificadas o descubiertas a través de métodos como la observación y la experimentación, lo que desencadenó la famosa “cacería de brujas” llevando a miles de mujeres a la hoguera.
Actualmente pareciera que no estamos tan lejos de ello pues, aún con todos los esfuerzos que, desde hace más de 15 años se realizan diariamente en el mundo para impulsar la participación de mujeres y niñas en la ciencia y propiciar que accedan a oportunidades, sueldos, y trato equitativo; pareciera ser una mala broma cuando decimos que, de acuerdo con los datos de la UNESCO, hoy en día, a nivel global, de todas las personas que dedican su vida a la investigación, menos del 30% son mujeres y, en nuestro País, esa misma proporción es la de las mujeres que acceden a becas por ciencia y tecnología, o se acreditan como miembros del Sistema Nacional de Investigación.
Esa es la realidad que se vive en esta materia, quizá por eso cuando pensamos en personas que han destacado en la ciencia, podemos enunciar a cientos de hombres, pero difícilmente recordamos nombres como los de las mexicanas, Mayra de la Torre Martínez, quien es Ingeniera bioquímica y Premio Nacional en Ciencias y Artes; la astrónoma Silvia Torres-Peimbert; la química fármaco-bióloga, Victoria Chagoya; la bióloga, Isaura Meza; o, hablando de científicas veracruzanas, Ibiza Martínez Serrano, destacada bióloga marina quien ha trabajado con ballenas, delfines y tiburones; la meteoróloga Carolina Ochoa; o la ingeniera Claudia Núñez Rosales, quien además de su importante trabajo en materia de género, es Premio Nacional de Logística 2019 y en 2018 y 2019 fue reconocida por grupo Expansión como una de las 100 mujeres más poderosas del País.
En México y el mundo, la participación de las mujeres y niñas en la ciencia y la tecnología es todavía una tarea pendiente, te invito a dar hoy el primer paso hacia adelante, a seguir las huellas de las mujeres que nos van mostrando el camino y a decirte cada mañana, frente al espejo: Mujer, Bravo… porque cada día, para nosotras, significa la conquista de un sueño.
Para visitar: Jornadas del día mundial de la mujer y la niña en la ciencia.
Lugar: Casa del Lago.
11 de febrero, a partir de las 16:00 horas.
12, 13 y 14 de febrero, 17:00 horas.
Entrada gratuita.