Nadie renuncia a las prebendas del sistema, aunque a veces resulta mejor “el aquí corrió, que aquí murió”

En la función pública no solo es deshonesto el político que se roba los recursos puestos a su disposición, para cumplir con las funciones inherentes a su cargo; sino que a veces “resulta peor” aquél que causa un daño o quebranto al patrimonio del Estado, cuando por falta de preparación, incapacidad u honestidad, acepta colaborar en el Gobierno, sin tener la mínima idea del nuevo mundo que empieza a descubrir, al mismo tiempo en que aparece cobrando en la nómina oficial.
La reclusión en cuarentena para evitar el crecimiento exponencial del coronavirus, y consecuentemente la saturación por la demanda de camas y respiradores en el Sistema Nacional de Salud, según informes del Presidente y del Subsecretario de Salud doctor Hugo López-Gatell, ha servido para no llegar a la multiplicación de infectados y fallecidos, que reportan otros países como Estados Unidos, Italia y España.
Y como los medios de comunicación (prensa, radio, televisión e internet), han difundido de día y de noche, toda la información científica y experimentada en el mundo real de hospitales, clínicas y lugares acondicionados para atender la demanda de servicios médicos del Gobierno, a los que se han sumado los del sector privado; hasta hoy todos los servidores públicos, del Presidente López Obrador hacia abajo, incluidos los gobernadores y alcaldes, mantienen la credibilidad y confianza de casi la totalidad de los mexicanos.
La necesaria liquidez, para hacer frente a la Pandemia, está prácticamente superadas según las palabras del Presidente López Obrador, pues con la cancelación de Fideicomisos y el préstamo o pago anticipado de las participaciones del Banco de México, más la emisión de “bonos de deuda pública”, ya hay dinero suficiente para superar la asfixiante crisis económica que hemos comenzado a padecer, por el cierre masivo de grandes y pequeños negocios, comercios formales e Informales (Pymes).
Las conferencias mañaneras del Presidente Andrés Manuel López Obrador, han servido para ganar afectos y también para que sus detractores encuentren elementos para denostarlo; y haciendo acopio de la conseja popular que dice: “el que pregunta, no se equivoca”, a menos que se asesore de un ignorante o Ladrón, hay que reconocer que hasta donde se ve y se sabe, el desempeño del asesor presidencial Hugo López Gatell, satisface con creces, la aprobación de los mexicanos. Enhorabuena.