¿APRENDIMOS LA LECCIÓN?

A pesar del desarrollo tecnológico, la facilidad con la que podemos informarnos a través de internet, las sociedades luchan contra las falsas noticias para poder entender cómo actuar durante la pandemia.
La Organización Mundial de la Salud advirtió desde 2005 que era inevitable. Expertos epidemiólogos y periodistas especializados avisaron desde 2009 y más recientemente, Bill Gates lo afirmó. La epidemia atacó y agarró a todos con los pantalones abajo, por que básicamente nadie hizo caso, no se invirtió en el tema y se privilegiaron presupuestos a armamentos, antes que a investigación y desarrollo.
Más allá de las acusaciones entre países por el origen de la enfermedad, es claro que no estaban preparados y las consecuencias están a la vista.
Basta con leer atentamente parte de la historia. Como ejemplo, la pandemia de 1918, originada en los Estados Unidos, llevada a Europa por los soldados que combatieron en la primera guerra mundial y que diezmaron a la población, para darnos cuenta como actúan estos virus y cuales deben ser nuestras conductas.
No está tan alejada la que hoy vivimos. Como las anteriores, pueden traer dos o hasta tres oleadas de contagios antes de que las vacunas logren la inmunización de rebaño.
Nos tomará al menos año y medio, por eso aquello de la nueva normalidad. Tenemos que entender que aún regresando a las actividades, la distancia social, el cubre bocas, el lavado de manos y otros cuidados deberán ser observados estrictamente, por qué quienes no se enfermen en esta primera oleada, lo podrían hacer en la o las subsiguientes.
México no ha sido precisamente ejemplo de quedarse en casa, sin contar a quienes deben salir a trabajar para poder comer. Todos hemos visto ejemplos de ciudadanía a quienes les vale gorro no sólo sus vidas, sino también las de los demás.
No hay estrategia que pueda prosperar si las y los ciudadanos no cooperan y nosotros no lo hemos hecho como se nos pidió.
Por eso ahora que se acerca el regreso paulatino cabe preguntarnos si hemos aprendido la lección. Preguntarnos si estamos listos listos para entender la epidemia, este virus desconocido, su velocidad de contagio, su letalidad y actuar con responsabilidad poniendo todo de nuestra parte para evitar más contagios y muertes.
Preguntarle también a quienes mercan con la tragedia en lo político, si podrían encontrar en sus rincones un poquito de madre para sumar y no para restar y tratar de llevar agua a su molino agitando con desinformación.
¿Será que aprendan la lección?