Hace bien el nuevo Rector de El Colegio de Ciencia Política y Administración Pública (Colver), Mario Raúl Mijares Sánchez, en pedir cuentas no sólo de las finanzas y los recomendados que dejó enquistados Eugenio Vásquez Muños, sino también del trabajo docente y de “investigación” que supuestamente llevan a cabo personajes que, según se ha logrado saber, tienen hasta dos o tres empleos más, aparte del que realizan en el Colver; lo que hace incompatible su función dentro del colegio….
Y es que el artículo 21 del reglamento del Colegio de Veracruz señala en su fracción X que una de las atribuciones del Rector es, precisamente, la de “autorizar las investigaciones académicas que le presenten los profesores-investigadores como parte de su carga de trabajo anual, de conformidad con las academias, centros de estudio, de trabajo o líneas de investigación aprobadas por la Junta”.
De acuerdo con lo que ha dicho el propio rector, Mijares Sánchez, al llegar lo primero que hizo fue visitar la biblioteca del Colver para revisar las investigaciones y los trabajos publicados por los profesores-investigadores que reciben sueldos hasta de 50 mil pesos mensuales y algunos de los cuales laboran también en la Universidad Veracruzana.
Y la sorpresa para el nuevo rector fue que no había una sola de las supuestas investigaciones por las cuáles algunos personajes reciben pagos, se insiste, hasta de 50 mil pesos mensuales.
Algunos de ellos, según nos cuentan, sólo iban a calentar el asiento y en ocasiones a dar una que otra clase, sin que se sepa en qué consiste su trabajo de “investigación”, por el que recibían jugosos sueldos.
Destaca el caso, por ejemplo de Rodolfo Chena, quien ocupa la Coordinación de Asesores de la Secretaría de Finanzas y al mismo tiempo es “profesor-investigador” del colegio, por lo que muchos se preguntan a qué hora atiende los dos empleos.
Y como él hay yunistas, duartistas y fidelistas a los que Eugenio dejó basificados por compromisos políticos y económicos. Veremos qué decisiones toma Mario Mijares para poner orden no sólo en la nómina sino también entre la cauda de “investigadores” que acabaron siendo simplemente profesores de grupo sin que se sepa cuál es su aportación al desarrollo político, económico y social del estado.





