Tal parece que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no tiene grandes posibilidades de triunfar en los comicios del 2021 y que no le queda otro camino que el de aliarse muy probablemente con su otrora enconado adversario, el Partido Acción Nacional, sobretodo ahora que fueron descartados los nuevos partidos federales por parte del Consejo General del INE.
Pero dicha alianza, como se advierte o auguran los politólogos de café, será como aportador de una pequeña cantidad de votos para que alcance el trlunfo el abanderado postulado por el Partido Acción Nacional, con quienes se prevé la alianza, pues no les alcanzará para más, pero al menos podrían garantizar su sobre vivencia como partido pequeño.
Este escenario se pronostica en el Puerto de Veracruz, donde el dirigente estatal del PRI, Marlon Ramírez Marín impuso a uno de sus incondicionales en la dirigencia municipal, Carlos Troncoso, un priísta de siempre, pero de escasa fuerza. Según los enterados de temas políticos la designación de Troncoso es un paso para consolidar una alianza en el puerto de Veracruz con el PAN.
Con Troncoso al frente de la dirigencia priista, la alianza PRI-PAN seria aceptada sin chistar. Y es que al parecer al priísmo porteño de Marlon no le queda otra alternativa que la de aliarse con los azules yunistas, al no tener posibilidades de un buen candidato para obtener el triunfo en caso de ir solo en los comicios del próximo año.
Esta idea se refuerza por los problemas que enfrentó Carlos Troncoso para llegar a la dirigencia municipal. En el proceso interno, Troncoso llegó a la final con una sola adversaria, Rosa Aurora García, una lideresa de colonias que creyó que la renovación en el PRI iba en serio.
Pero esas ilusiones fueron frenadas de tajo al ser anulada su aspiración por llevar como Secretario General al ex militante del partido Movimiento Ciudadano, Santiago Arguello, cláusula que le fue aplicada ipso facto al comprobar que este no tenía militancia priísta.
La reacción de Rosa Aurora no se hizo esperar tomando por sorpresa la sede del Comité Municipal del PRI exigiendo también la anulación de la candidatura de Troncoso aduciendo que su compañera de formula, Maricela Cienfuegos tampoco ers militante activa del tricolor.
Ese movimiento desestabilizador en las filas priístas se atribuye la mano negra de algunos morenistas interesados en la sucesión municipal porteña, como son el diputado federal Ricardo Exhome Zapata, y de los el ex priísta, ahora morenistas, Fernando Arteaga Aponte y Francisco Bravo que poco sirven para ganar, pero saben hacer perder.
La versión de la intervención morenista en el proceso interno municipal del PRI se hace notar por el hecho de que la hija de Rosa Aurora, Juliana, ha sido una leal colaboradora del ex tiburón rojo, Paco Bravo, quien fuera director administrativo del IVD. En el inicio de la administración de Cuitláhuac García Jiménez.
El fondo de este “affaire” en las filas priistas y de la intervención de los morenistas fue la de impedir la llegada de Troncoso y una posterior alianza de los priistas con el PAN.
Gobierno Federal renuncia a aspirantes
Con las reglas claras para que todo los servidores públicos del Gobierno Federal que tengan aspiraciones deben renunciar ahora y no como lo marca la ley, 90 días antes del día de la elección, fue anunciada la salida de uno más; se trata de Roberto Enriquez Ruiz, Coordinador de Bienestar en la región de Los Tuxtlas, quien regresa a sus actividades profesionales privadas.
La idea del gobierno es predicar con el ejemplo, que no se utilicen los programas federales para hacer promoción personal en busca de candidaturas a puestos de elección popular, al menos por MORENA que es el partido en el gobierno.
Y a partir del 15 de septiembre quedará fuera del presupuesto este funcionario y se anunciará quien los sustituye, mientras cumplió con algunas de las metas del gobierno federal en materia programas de apoyo directo a la población.