En la clandestinidad por tratarse obviamente de una situación irregular, ilegal en términos de la ley electoral, Óscar Guzmán de Paz, vuelve a las andadas: realiza una colecta de dinero para hacer precampaña.
A cambio del dinero que pide (250 pesos por hectárea) ofrece su maquinaria. Les dice a los productores agrícolas que si no se deciden a ocuparse en lugar de preocuparse, perderán “Caña y Elote”.
Los amedrenta con un discurso incendiario, los trata -según su actitud- como simples incautos, porque sabe que el negocio es para él y su familia y al parecer no está dispuesto a realizar él solo la inversión; quiere que los campesinos aporten.
Les ofrece un Pánuco “diferente” aunque no les dice que está preparado para quedarse con todo el dinero y tal vez buscar negociar la candidatura por más dinero.
Él es empresario, es comerciante, y sabe que los negocios son para ganar, aún a costa de que el resto de las personas pierda.
Ya lo demostró su hermana Rocío Guzmán de Paz en una elección en la que presuntamente habría “vendido” su candidatura y a cambio -al parecer- de dinero y de presumibles posiciones en el gobierno del estado, dejaron “colgados” a sus seguidores.
Cuando el hermano de Óscar, Eddie Guzmán de Paz, fue alcalde de Pánuco, se quedó con todas las obras. Hoy, Oscarito quiere lo mismo.
Óscar Guzmán de Paz ha externado su deseo de ser alcalde de Pánuco. Deja entrever que podría ser por MORENA. De ello hay abudante testimonio en redes sociales y en medios digitales.
Óscar Guzmán de Paz es primo hermano del ex Contralor de Javier Duarte, Ricardo García Guzmán, y tío de los diputados Rodrigo García Escalante (recientemente expulsado del PAN) y de Ricardo García Escalante. El primero, legislador local, y el segundo, federal.
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