Fue corrido vergonzosamente por Érick Lagos luego de que trascendiera la existencia de un video en el que sostenía relaciones sexuales con una mujer.
Le gustaba videograbarse con sus novias y mientras estaba en la oficina disfrutaba volver a ver a las escenas en su computadora.
Un día, en las oficinas del PRI, olvidó la memoria USB en su equipo de cómputo y alguien la sustrajo. Por eso lo despidió Érick, ante el temor del escándalo. Bueno, sólo lo quitó de la nómina oficial, porque siguió operando para el de Isla en un búnker que le instaló en el centro de Xalapa.
Todo el tiempo ha estado vinculado a lo más pestilente y maloliente del priismo. Su hijo trabajó para Pepe Yunes en el Senado, y aún trabaja para el PRI en Veracruz.
No es confiable. Nunca ha sido confiable. Nadie tiene la seguridad de que ahora que lo incorporaron a asesorías electorales de la 4T no vaya a filtrar información a los rojos, a los azules… Cuidado, Esteban, que no te metan caballitos de Troya.