La foto de Diego Molina, en la que posa con su pulgar para arriba junto al cuerpo de Diego Armando Maradona, se viralizó por las redes sociales y generó un gran repudio. Anoche, el empleado de la funeraria que todavía no había sido encontrado, se entregó a la Justicia. Lo hizo en la Comisaría Comunal 15 de la Ciudad, localizada en Chacarita.
Según consignaron fuentes policiales, Molina se presentó “acompañado por su abogada de confianza” en dicha dependencia, “en horas de la noche del viernes 27 de noviembre [por ayer]”.
Agregaron que se consultó a la Fiscalía Contravencional 24, que dispuso que se le pidieran al hombre “sus datos filiatorios y teléfonos de contacto”.
Molina tomó la imagen cuando preparaba el cuerpo para el velatorio y no fue la única que circuló. Existió una más, con otros dos empleados que son padre e hijo. El primero de ellos pidió disculpas a la familia a los seguidores de Maradona y también a la funeraria, alegando que alguien más le tomó la foto de manera sorpresiva.
Las imágenes se tomaron “dos minutos que quedaron solos”
La casa Pinier Sepelios, de La Paternal, era la encargada del velatorio. Uno de los dueños, en diálogo con LA NACION, detalló que las imágenes se tomaron “dos minutos que quedaron solos” y sostuvo que ninguno de los tres hombres era empleado de la firma, sino que fueron contratados “para llevar los materiales a la capilla ardiente”.
Por su parte, en el club Argentinos Juniors, donde Maradona debutó en los albores de lo que sería una carrera futbolística híperexitosa, informaron que la Comisión Directiva elevó al Tribunal de Disciplina de la institución “el pedido de expulsión como socio de la persona que se fotografió junto al féretro de Diego Armando Maradona”. Esa persona a la que se refieren es Molina.