Es político, lo del asesinato del líder ganadero en Minatitlán

Anoche luego de una larga plática con un buen amigo del sur, me comenta que no hay duda de que el asesinato de Guillermo de Paz Navarrete fue político.

“Buscaba su reelección en febrero como dirigente de la Asociación Ganadera Local”, me dice la fuente.

Como se ha informado, “Memo” de Paz Navarrete, oriundo de Michoacán, murió el pasado viernes por la mañana de al menos 5 balazos cuando circulaba a bordo de su camioneta Honda tipo CR-V, sobre el camino que conduce de Minatitlán a Hidalgotitlán, a la altura de la congregación San Francisco Las Ánimas, perteneciente al municipio minatitleco.

De acuerdo a los lugareños, este camino es para emboscar fácilmente a alguien, pues aparte de que es una recta larga, fácilmente se puede colocar alguien en medio para esperar a que pase la víctima, quien habría sido ultimado por al menos dos sicarios en una motocicleta.

Otro detalle que no ayudó al exdirigente ganadero, es que andaba solo, aunque se sabía que tenía cierta afición por las armas de alto poder. De hecho, al momento de ser asesinado era subagente municipal de San Vicente, una congregación de la zona rural de Minatitlán.

Eran conocidas también sus diferencias con políticos de la región: con el alcalde de Minatitlán (Morena), Nicolás Reyes Álvarez, llegó a gritonearse en una reunión en la Sala de Cabildos acusándolo de obras fantasmas y por no querer colocar un módulo de atención en la oficina de la Asociación Ganadera Local. El finado dirigente llegó hasta bloquearle el palacio municipal.

Otro con quien sostenía diferencias era con Jacob Abel Velasco Casarrubias, dirigente de muchos años de la Unión Ganadera Regional del Sur de Veracruz (UGRSV), de quien llegó a decir que no se uniría a su grupo de poder y no lo vería arrodillado.

De hecho, a su llegada a la dirigencia local de la Ganadera en Minatitlán, un grupo de socios encabezados por Marcial Santiago Vicente se deslindó de dicha asociación y fundó una nueva en la zona rural de Minatitlán.

También era público su acercamiento con los legisladores morenistas Sergio Gutiérrez Luna, diputado federal, y Jessica Ramírez Cisneros, diputada local, con quienes apuntalaba el proyecto de convertirse en regidor en la comuna minatitleca.

Dicen allá en el pueblo, en la metrópoli sureña anteriormente conocida como Minápolis, que la Fiscalía no tiene porque buscarle mucho al tema de porqué fue asesinado; que nomás se requiere tantita voluntad para resolver el tema, pero a ver si no salen con que lo quisieron asaltar o algo así.

(ColumnaSinNombre / Notiver Speshial Edishion / Pablo Jair Ortega)