Redacción Versiones
Ricardo es empleado de gobierno. Tiene un sueldo modesto que apenas le permite cubrir sus gastos familiares.
Antes de la pandemia las cosas ya pintaban mal pues su esposa fue despedida de la empresa en la que trabajaba, y pues con la contingencia sanitaria, las cosas empeoraron.
Y para colmo, el pasado 26 de octubre le hicieron dos cargos a su tarjeta de Bancomer. En total, le robaron $6,900 pesos por compras supuestamente que él hizo en una farmacia y en un Oxxo, de Coatepec. Por supuesto, que él no hizo esas adquisiciones.
Habló al banco y le dijeron que si se demostraba que él no hizo los cargos, chance y le pudieran devolver hasta enero de 2021, “porque el trámite es tardado”.
Lo que hizo fue cambiar la tarjeta plástica, pero este martes 1 de diciembre, le volvieron a hacer un cargo que él no realizó por 3 mil 952 pesos.
Nuevamente habló al banco, pero en esta ocasión no le dieron esperanzas y de plano le dijeron que no le van a devolver el dinero. Y que la situación se complica porque le dijeron que Bancomer está realizando “un ajuste de su sistema”.
HACKEO DE CUENTAS TAMBIÉN
EN SANTANDER Y BANORTE
Pero éste, el de Ricardo, no es un hecho aislado. Similares fraudes cibernéticos se están realizando en otras partes del país, y en otros bancos como Santander y Banorte. Sospechan de hackers profesionales. Y los hackeos están aumentando aún más en la pandemia, pues los defraudadores saben que por la contingencia sanitaria es aún más lenta la solución de estos problemas.
A finales de junio de este año, la cuenta bancaria de una empresa se quedó vacía, le bajaron casi un millón de pesos, en una operación por demás extraña: empezó con una llamada del área de prevención de Banorte alertando al titular, acto seguido, en menos de media hora realizaron tres transferencias.
Desesperado y tocando varias puertas para tener de vuelta su dinero, un empresario que pidió el anonimato platicó al medio de comunicación EMEEQUIS que tiene claro que el fraude se planeó desde dentro del banco, pues no entiende cómo es que le llamaron para advertirle y sabiendo que era un movimiento inusual ¿por qué lo permitieron?
A casi dos meses del hecho, Banorte le ha mandado la respuesta a su caso: no procede. Sin dar razones, se limita a esa respuesta, mientras, él y su socio se han endeudado para salvar su negocio que iba despegando. Han sufrido estragos en su salud mental, pues no pueden ni dormir de pensar cómo irán sorteando mes con mes los gastos de la nómina y otros pagos.
Les hackearon su cuenta para hacer las operaciones en la banca en línea. “Recibimos una llamada del área de prevención de Banorte, que de prevención no tiene nada y nos dijeron que nos estaban vaciando la cuenta, al final nos la dejaron en cero… somos muy precavidos, teníamos el dinero en cuenta corriente, porque íbamos a pagar nómina a finales del mes de junio. Cuando me dijeron eso, inmediatamente contacté al director de la sucursal donde tenemos la cuenta, le dije lo que estaba pasando para que lo bloqueara, porque nosotros no estábamos haciendo los movimientos”.
Para dar de alta una cuenta nueva, te mandan un correo al mail registrado de la cuenta, el cual sólo puedes cambiar en sucursal, no lo puedes hacer en línea, justamente por un tema de seguridad
¿Cómo lo hicieron? no se tiene idea, pero dieron de alta la cuenta, yo creo que eso es interno, porque tenían demasiada información, dice el empresario.
HAN AUMENTADO 600% LOS
FRAUDES CIBERNÉTICOS
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ha reportado en los últimos años un gran crecimiento de los fraudes cibernéticos, la mayoría por comercio por internet, pero también se incluye la banca móvil, las operaciones por internet de personas físicas y morales, así como pagos por celular.
En 2015, el número de quejas por fraudes cibernéticos se situó en las 790 mil 936, pero estas incrementaron sustancialmente: para 2019 fueron 5 millones 887 mil 729, hay un aumento de 644%.
De la proporción de quejas, los fraudes tradicionales ocupaban la mayor proporción, pues en 2015 representaban 80% y los cibernéticos sólo 20%, sin embargo, el año pasado, los cibernéticos ya significaban 65%.
En Twitter otra persona expuso un caso similar, pero con Santander: “Nos clonaron la cuenta empresarial y la vaciaron. Con la mano en la cintura se lavan las manos… lo preocupante es que es dentro del mismo banco, no se entiende de otra manera”, escribió el pasado 11 de agosto Rafa Escobar, quien ya inició una demanda penal y lo hará también por la vía mercantil.
Esta denuncia detonó varias más dentro de la red social. Otros respondieron que estaban en la misma situación con el propio Santander, pero se suman quejas de BBVA, Banorte y Citibanamex.
Un cuentahabiente de Citibanamex reclamó estar media hora al teléfono para reportar que le habían vaciado la cuenta “gracias a su deficientes candados de seguridad”.
Otra más, le ponía una queja directa a BBVA: “Me hicieron fraude por medio de la aplicación, vaciaron mi cuenta y BBVA no quiere hacerse responsable”.
A VECES ESTÁN INVOLUCRADOS
EMPLEADOS O EX EMPLEADOS BANCARIOS
Otro caso que ocurrió en Xalapa hace poco, de un profesionista al que le robaron de su cuenta varios cientos de miles de pesos. Presentó una demanda, solicitó a través de un juez, que le proporcionaran las grabaciones en video de quién había retirado su dinero en ventanilla. Al observar los videos, se percataron que el fraude lo hizo un ex funcionario bancario de alto nivel, que sustrajo la información de ese y de otros clientes, para robarles el dinero.
También aquí en Xalapa, un usuario despistado que con frecuencia olvidaba su tarjeta de Bancomer en el cajero, luego de que reportaba vía telefónica al banco el extravío, a los pocos minutos de dar el reporte, le vaciaban la cuenta. Y eso ocurrió al menos dos o tres veces. Lo que hizo después fue ya no reportar la tarjeta extraviada con tanta anticipación, sino que fue directamente con un ejecutivo de cuenta para reportar el extravío de la tarjeta, y de inmediato ir a caja por la tarjeta nueva. Curiosamente, ya no le vaciaron la cuenta. Y en otra ocasión, volvió a dejar olvidada la tarjeta en el cajero, e hizo el mismo procedimiento, y tampoco le robaron dinero. Se deduce que con este mecanismo, de no reportar con tanta anticipación el extravío de la tarjeta, no les da tiempo de sustraer el efectivo. En este caso, se sospecha de empleados quienes estarían robando a los cuentahabientes.