Opinión: PARTIDOS SIN PARTIDARIOS, NI MILITANTES

Segunda de Tres Partes

Por Francisco Berlín Valenzuela*

2) Los partidos políticos en México

La situación, si bien se presenta en muchos partidos de otros países, tiene lugar también en México, en donde se observa que la participación política es conducida hacia otras formas alternativas, en las que los ciudadanos pretenden intervenir más directamente, buscando ser tomados en cuenta. Esto hace suponer, que las formas de democracia participativa, se irán fortaleciendo en los próximos años.

Es común apreciar, que en nuestro país, los ciudadanos comienzan a cuestionarse, si la vida política debe seguir siendo encauzada por los partidos, haciendo surgir, movimientos y asociaciones al margen de ellos, al darse cuenta que no están cumpliendo eficazmente con sus funciones, por lo que deciden participar en los procesos electorales con candidatos independientes, convencidos que de esta manera tendrán mejores representantes para ejercer las funciones públicas.

Es así, que tal situación se ha venido haciendo patente en los últimos años, convirtiéndose en un serio problema al interior de los partidos políticos, provocándoles agudas crisis por la desbandada de sus miembros, que sufren de evidentes imposiciones en la asignación de candidaturas, al dejárseles tan sólo, el triste papel de convalidar con su voto las selecciones de candidatos, que previamente fueron decididas en los altos círculos del poder de sus organizaciones.

Al mirar en retrospectiva la situación de los partidos en nuestro país, no se puede ignorar que tal situación ha sido evidente, en casi todos ellos, por lo que sus miembros y partidarios se sienten decepcionados. En algunas de estas organizaciones, si acaso se les da la oportunidad de que acudan a asambleas convocadas ex profeso para que se “elijan” a quienes van a representar a los partidos en los procesos electorales, publicitando estas simulaciones como expresión de verdaderos actos democráticos. Esto ha hecho decir a muchos miembros del cuerpo comicial, que el “día de las elecciones”, más bien debería llamársele el “día de las selecciones”.

Los partidos tradicionales en México PAN, PRI Y PRD, así como sus partidos satélites, han tenido que pagar un alto costo por su persistencia en realizar su actividad política electoral en forma autocrática al interior, pues han llevado a los cargos de representación popular a personas improvisadas en las tareas de gobierno, sin ninguna o escasa preparación, respaldados solamente en las conveniencias que les reportan a sus dirigentes o a los altos funcionarios del poder gubernamental, el contar con su apoyo al interior de las cámaras de los congresos federales y locales, al momento de las votaciones de las leyes a modo que proponen.

Frente a este panorama, existe preocupación en los electores por la actuación y comportamiento de los dirigentes de los partidos, en los que han dejado de creer, manteniéndose alejados de ellos, absteniéndose de una participación activa como militantes. Tal vez por esta razón, muchos estudiosos del tema, se preguntan si estas organizaciones, siguen siendo necesarias y convenientes para la existencia de una verdadera democracia o si, su presencia en las sociedades modernas, resulta ser más perjudicial que ventajosa, al estarse produciendo efectos no deseados, como son el haberse convertido en elementos del abstencionismo y la despolitización del país.

Las respuestas a estas cuestiones entrañan uno de los problemas torales de la estasiología, que es la parte de la sociología que estudia a los partidos políticos en su estructura, organización, aspectos doctrinarios e ideológicos, influencia social y práctica política.

Acerca de tales interrogantes, es posible argumentar en favor o en contra de ellas, de acuerdo a las posiciones doctrinarias que se adopten. Así, para los partidarios de la corriente del liberalismo, los partidos son considerados como imprescindibles y convenientes, para la existencia de un sistema democrático, al constituir puentes o canales a través de los cuáles se conducen las grandes inquietudes, necesidades y preocupaciones existenciales de la ciudadanía.

En cambio, para otros autores, partidarios de las corrientes socialistas, sostienen que si bien tales organizaciones políticas son un mal necesario, no deben ignorarse las diversas patologías y calamidades que conllevan, al ser desnaturalizados en su esencia y desvirtuada la verdadera función que se les ha asignado tradicionalmente como intermediarios de la sociedad civil y los gobiernos.

Es oportuno recordar, al respecto, las certeras y severas críticas de dos destacados tratadistas de los partidos: Moisei Ostrogorsky y Robert Michels en sus libros clásicos, publicados a principios del siglo pasado, quienes escribieron sobre muchos de los males que padecen, resaltando las fuertes tendencias oligárquicas que se producen en su interior y en su organización, en los que destacaron la ausencia de democracia y la existencia de liderazgos autocráticos en su cúpulas directivas, que no se han podido eliminar en el transcurso del tiempo, al grado de sostenerse que parecen ser consustanciales a estas formaciones políticas. Esto quiere decir, que sus líderes, son buenos para proclamar la democracia al exterior, pero malos para practicarla en su interior.

Atendiendo a las anteriores consideraciones, se comprende el por qué la militancia de los partidos, siente que no representan nada serio para sus dirigentes, quienes en las asambleas los ensalzan y fuera de ellas los ignoran, pues generalmente dirigen a los partidos con las puertas cerradas, las que sólo permanecen abiertas para recibir las directrices y consignas que se les hace llegar desde los altos círculos del poder político gubernamental.

Muy bien podría sostenerse que en México, se viene padeciendo un desmembramiento de los partidos políticos, provocado por causas internas y externas, entre la cuáles enumeramos la siguientes:

Internas: se presentan cuando los dirigentes son frenados en sus carreras políticas, dejando su partido para crear uno nuevo; las que surgen de motivos ideológicos por desacuerdo entre sus miembros; por la falta de definiciones políticas por parte de los líderes; por abandono del trabajo de gestoría social en favor de los grupos marginados; por la pérdida de la autoridad moral de sus dirigentes, que prefieren adoptar políticas pragmáticas que les reditúen beneficios políticos y económicos.

Externas: aquellas que surgen por el trabajo realizado por militantes de partidos rivales para atraerlos a sus filas, ofreciéndoles cargos o prebendas; la pérdida de autonomía e independencia de un partido, cuando sus dirigentes no ejercen su capacidad de crítica, buscando quedar bien con el poder público; dentro de estas causas se pueden mencionar también las razones internacionales que afectan a los partidos por su dependencia y actuación solidaria con organizaciones de otros países, como son los partidos socialistas, demócratas cristianos y comunistas, los cuáles entran en conflicto al enviar consignas que repercuten en la integridad y prestigio de los partidos nacionales. Dentro de estas causas se mencionan los efectos que derivan de apoyos económicos, ideológicos o de naturaleza religiosa, que reciben de naciones u organismos internacionales, pretendiendo ejercer presiones para que los partidos adopten determinados consignas lineamientos internacionales.

Nota: Los invito a leer la tercera y última parte de este artículo, que estará dedicada a analizar “Los Partidos Políticos en Veracruz”.