EnCortoSinCortes / “EL DESPERTAR DE LOS MUERTOS VIVIENTES”

José Ortiz Medina

Roberto Bueno Campos logró la osadía de ser el primer alcalde panista de Veracruz en 1994. El gobernador era Patricio Chirinos Calero, afecto al vodka con refresco de naranja, y el Secretario de Gobierno y operador político, Miguel Ángel Yunes Linares.

Bueno Campos derrotó al priista Óscar Rodríguez, quien contaba con el apoyo del entonces Secretario de Finanzas y Administración, Guillermo Rivera, y quien falleció en extrañas circunstancias en España.

El día de la elección, Roberto se encontraba jugando beisbol como a eso de las 6:30 pm cuando alguien llegó gritando al campo de pelota… “Roberto, ¡ganaste!… “.

–“¿Gané qué?”, dicen que respondió un poco atolondrado el “Flamer Mayor”.

-“¡Ganaste la alcaldía!”, le insistió el interlocutor, a lo que Roberto ya un poco más repuesto de la sorpresa, poco a poco le fue “cayendo el veinte” de la victoria.

Y es que eran los tiempos en que el PRI ganaba siempre de a calle. Y no sólo ganaba siempre el tricolor, sino que en ocasiones se daban el lujo –desde Palacio de Gobierno- de decidir con cuántos votos “arrasar”.

Eran los tiempos del “carro completo”, de cuando sólo bastaba “aceitar” la maquinaria priista para embarazar urnas, activar el “ratón loco”, implementar el “operativo carrusel”, y ¡voilá!, se multiplicaban los votos como los panes en las bodas de Caná.

-“Muchachos, nomás no se pasen… vamos a ganar ahí sólo con 35 mil votos, porque el otro candidato apenas obtendrá 5 mil…”, solían recomendar los jefes políticos a los “mapaches electorales”.

Aunque con Roberto en 1994, la cosa fue distinta. Fue la época de las llamadas “concertacesiones” en las que el PRI, luego del fraude de 1988, decidió repartir el pastel a Acción Nacional. Todo comenzó con la primera gubernatura panista, en Baja California, con Ernesto Ruffo Appel y años más tarde la primera magistratura en Guanajuato para el ranchero, vendedor de Coca Cola y atrabancado Vicente Fox Quesada, lo que a la postre lo llevó a la Presidencia de la República. Y luego de vender coca, ahora se ofrece como comerciante de marihuana. Ver para creer.

Pero regresando a Roberto Bueno Campos, ahora en un acto de total incongruencia ha decidido “sumarse” a la precampaña de Miguel Ángel Yunes Márquez, quien pretende que su hermano Fernando le herede la presidencia municipal de Veracruz.

Y, además, muchos se preguntan qué le puede aportar Bueno Campos que ya ni panista es; renunció al albiazul desde hace casi 17 años. Y si Roberto dejó de ser alcalde en 1997, muchas generaciones de los últimos lustros apenas y lo conocen.

Algún despistado diría que por su grupo musical Los flamers, sería más o menos conocido, pero ni eso. Los chavos de ahora y de no hace mucho pues obvio que no escuchan música de y para los viejitos, dicho sea con mucho respeto para las personas de la tercera edad.

Ello revela el grado de desesperación de “ChiquiYunes”, quien anda sacando casi de los asilos a los “panistas”. No tarda en traerse a las momias de Guanajuato para que le echen porras y toquen la batucada. Sería algo así como la versión remasterizada del “Despertar de los muertos vivientes”.