¿Por qué cada vez veo menos detergente en polvo y más detergente líquido en el supermercado?
Si no lo has notado, uno de estos días lo harás. Y tiene una razón.
La explicó David Mackinson, analista de investigación, quien apuntó que “es el fin de la era de los detergentes en polvo en Latinoamérica”
“Este es un cambio de mercado impulsado por los fabricantes del producto. Por ejemplo, en julio de 2015, Procter & Gamble en Argentina tomó a decisión de ya no producir más sus marcas Ariel y Ace en el formato de polvo. Es un cambio enorme, es un cambio fundamental pues siempre los latinos han consumido su detergente en polvo.
“Esta evolución de mercado se debe a una explosión en el número de marcas que hay disponibles. Un número mayor de marcas reconocidas establecidas hoy en día tienen un formato líquido. Es un cambio enorme”, refiere.
El investigador apunta sobre “otro cambio interesante tiene que ver con el mercado informal. En el caso de Chile, por ejemplo, hay todo un mercado en desarrollo del mercado artesanal de lso detergentes en líquido. Son productos hechos en casa, aunque se venden en ferias libres, como comercio ambulante. Y de ahí que una porción de esos productos sean falsificados”.
“Tradicionalmente –prosigue– las empresas principales de este mercado tomaron la decisión de presentar el detergente líquido como un nicho, un producto premium, como un producto para un segmento alto de la población. Hoy en día ya no van a seguir con esta estrategia. Van a empujar para que ese producto sea para toda la población.
¿CUÁL ELEGIR?
Elegir el detergente para ropa no es fácil. Debe cumplir con tres requisitos: ser biodegradable, lograr el propósito de limpieza y cuidar la textura de tus prendas.
Un estudio realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), señala que hay que elegir los que tengan menos químicos y respeten los colores de las telas. De acuerdo con su análisis son mejores los detergentes para ropa líquidos que en polvo, porque protegen más las telas.
Una buena opción es el detergente para ropa concentrado, ya que contamina menos y es muy eficaz.
Tipos de detergentes
En polvo
Suele mantener mejor la blancura en los tejidos blancos y tiene un efecto desinfectante más intenso que el resto de los formatos porque contiene blanquedores químicos. El impacto ambiental del envase es alto. Aunque suelen comercializarse en cartón, que es un material sostenible, pero no llenan el contenido hasta optimizar el espacio como el resto y usan más cantidad de materiales por dosis. Cuando se dosifica en exceso puede dejar restos blanquecinos en algunas prendas.
Tiende a apelmazarse por la humedad. Tiene el precio más bajo por dosis anunciada.
Detergente líquido
Es muy fácil de usar, se disuelve sin problemas a cualquier temperatura.
Es menos agresivo con la ropa: protege bien los colores y no deja restos después del aclarado en la ropa.
No es fácil acertar con la dosis exacta, pero sí permite usar la dosis necesaria en condiciones especiales de lavado (lavadora grande, ropa muy sucia o excesiva dureza del agua).
Puede aplicarse sobre el tejido para eliminar manchas difíciles durante el prelavado.
Su precio por dosis anunciada es muy parecido al precio del detergente en polvo.
Detergente en cápsulas
Es fácil de dosificar, siempre que hagas un lavado estándar (lavadora tamaño medio, suciedad de la colada media y dureza del agua no muy alta).
Son más caros que los formatos líquidos o en polvo.
Pueden generar problemas de intoxicación en niños. Los colores llamativos y la textura puede hacer que los confundan con golosinas y los ingieran si no se guardan fuera de su alcance.
La envoltura hidrosoluble puede dejar restos en la ropa si no se disuelve por completo (ciclos cortos, baja temperatura de lavado…).
El precio de cada cápsula sale casi el doble de cara que el resto de los formatos.
¿Qué es mejor el detergente líquido o en polvo?
La respuesta es sencilla: siempre es mejor usar detergente líquido. Aunque… el detergente en polvo suele ser algo más económico y eficaz contra las manchas pesadas como las de barro debido a la mayor fricción con el tejido (que también produce mayor desgaste).