Contracolumna / POLITIQUILLOS DESMEMORIADOS

Atanasio Hernández

“¿Qué derecho tiene un señor o señora de creer que por escribir una columna tenemos que creer que es verdad lo que dice?”.
José Saramago

En estos tiempos de calentura electoral, y no digo efervescencia porque ahorita todo mundo anda desatado por ser aspirante a pretendiente al cargo de suplente, cualquier tema resulta bueno para llevar agua a su molino. A propósito, nada más conveniente que la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) como objeto de escarnio y centrar sus “críticas” en la cooperación voluntaria de 2 por ciento para los servicios ambientales que permitan garantizar a Xalapa el suministro del líquido.

En cuanto el acuerdo se aprobó, la CMAS lo dio a conocer y ahí se originaron las críticas con calificativos como “imposición”, “arbitrariedad” y similares, que algunos buscan tomar como bandera en su supuesta defensa de las causas populares. Aunque en este tema tal causa no exista y cada usuario esté en libertad de contribuir o no con lo correspondiente: en promedio, de tres a cinco pesos mensuales en un consumo familiar.

¿Qué se debió hacer? ¿Aplicar el cobro sin decir nada y luego resolver el asunto de manera particular con quienes se dieran cuenta o se inconformaran? ¿Esperar al término del proceso electoral? ¿Organizar una consulta pública? ¿Suscribir un convenio con cada uno de los más de 150 mil usuarios? Pues no. En contraposición al manejo de este Organismo Público Descentralizado en administraciones anteriores, se explicó el carácter voluntario de la aportación y los mecanismos para no hacerlo, sin consecuencia alguna.

Llama la atención que precisamente quienes llevaron a la CMAS a la ruina, de tal suerte que a principios de 2018 estuvo a punto de quebrar, fueron –por acción u omisión–, quienes hoy critican el “cobro oneroso” de la cooperación voluntaria. David Velasco Chedraui (2007-2010), quiere nuevamente la Presidencia Municipal, y Américo Zúñiga Martínez (2014-2017), que a todo le tira y a nada le da, olvidan lo sucedido durante sus gobiernos. A Elizabeth Morales García (2010-2013) le corresponde lo propio.

Recordemos que en octubre de 2007 los directivos de la CMAS firmaron un contrato por 476 millones –a pagar en 14 años– con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) y el Ayuntamiento de Xalapa quedó como “deudor solidario”. David no pagó 18 mensualidades y Elizabeth accedió en 2010 a una reestructuración leonina: La deuda aumentó a 448 millones, con intereses mayores y un plazo de pago a 288 meses; es decir, hasta 2034. Gracias a la intervención del presidente López Obrador hay una renegociación en marcha.

Debido a la negligencia de la administración de Américo, que no atendió una demanda sindical, el organismo estuvo a punto de perder un juicio que lo obligaba a otorgar 473 plazas a trabajadores eventuales, pues inicialmente se pidieron 605, con todas las prestaciones de ley. La nomina aumentaría 25 por ciento y fortalecería al sindicato que durante 23 años regenteó José Luis Hernández López. Hoy, afortunadamente jubilado.

Este angelito se reelegía en automático, sin asambleas o aprobación de los trabajadores, a quienes quitaba individualmente 140 pesos mensuales para construir un edificio que quedó en obra negra, con un faltante de 18 millones; vales de despensa, y cuotas mensuales de 60 pesos para el sostenimiento de la organización que lo convirtió en millonario. Su último latrocinio, por 12 millones, se concretó con la desaparición misteriosa de la caja de ahorros… Fue la gota que derramó el vaso.

Todo esto sucedió con la complicidad de autoridades y funcionarios corruptos de la CMAS, que era la caja chica del gobierno en turno. Por ejemplo, entre 2014 y 2017 se otorgaron compensaciones y gratificaciones extraordinarias –ilegales– por 69 millones. Únicamente en la Cuenta Pública del último año de Américo, el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) hizo 14 observaciones y 7 recomendaciones en los órdenes financiero presupuestal, técnico a la obra pública y a la deuda pública y disciplina financiera.

En 2018, la nueva Contraloría Interna encontró un presunto daño patrimonial por casi 100 millones, únicamente por el pago de gratificaciones extraordinarias, sobresueldos de hasta 300 mil pesos en puestos de primer nivel, y el pago de servicios profesionales nunca realizados. En 2017, fue por casi 16 millones.

En Xalapa el agua escasea. Los llamados tandeos se extendieron, de unos meses, a todo el año; una situación que se agravó por la irresponsabilidad de las dos administraciones municipales anteriores, que no buscaron más fuentes de abastecimiento. En 2010 la CMAS presentó un proyecto, aprobado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para explotar un acuífero del municipio de Perote, pero fue vedado en 2016.

La base material de todas estas historias terroríficas es el dinero público, los recursos que aporta la población, víctima de la corrupción imperante en años anteriores. ¿Con qué cara nos vienen a decir ahora los ex gobernantes que la aportación voluntaria de 2 por ciento es una imposición maliciosa? ¿Quién les cree el cuento de que buscan otro puesto para servir a Xalapa?