Indigentes, sin miedo a la pandemia

Víctor Hugo Moreno Hernández

Son invisibles. Su andar por las calles del centro de la cuidad y avenidas más transitadas les hace ser parte de una extraña bruma que nadie quiere ver, pero que ahí está.

Se trata de las personas en situación de calle, de indigencia, de abandono total que les orilla a vivir de la dádiva, en las peores condiciones de vida posibles.

Están por todas partes. Comienzan su peregrinar desde temprano y terminan hasta bien entrada la noche.

Basta con recorrer la zona de esta capital para ver indigentes establecidos en diferentes puntos de la ciudad, un poco más específicos en el centro, donde con cartones, cobijas rotas, suéteres delgados, algunos ya rotos y desgastados por el uso –a pesar de las bajas temperaturas que se registran en estos últimos días– así viven ellos para comer algo durante el día.