Miriam Gracia
María Elena Cadena Bustamante se ha vuelto incómoda para dos partidos: el que dice representar y al que sirve realmente.
Su derrota la puso en evidencia, demostró que no es la “operadora eficaz” como ella mismo se promovió.
Personajes importantes del partido, que no es el PAN, le dieron dinero para que manipulara la elección interna de ese partido.
La instrucción era clara: Formar una planilla, poner un candidato a la Presidencia Municipal “dócil”, que no fuera un enemigo de cuidado en el proceso electoral que está por venir, que fuera un perdedor.
Salvador Monroy, fue el candidato elegido, sin embargo la tibieza y falta de liderazgo del Presidente del Comité Municipal de Acción Nacional de San Andrés Tuxtla, Óscar Benito Paxtián quien incrustó a su hermano en la planilla y la torpe operación de Mary Cadena, quien puso como regidor a su hijo Noé, los llevaron a la derrota.
Atrás quedaron sus sueños de “operadora política” para las elecciones del 6 de junio de este año.
Quienes confiaron en ella para sacar algo tan sencillo como una elección en el proceso interno de Acción Nacional están molestos y decepcionados, le dieron dinero para el pago de votos, operadores y periodistas, pero al parecer, según informes recabados por estos mismos políticos, ese dinero fue a parar a las manos de su hijo.
El berrinche de Mary la llevo a denunciar violencia de género cuando es ella quién agrede a sus compañeras ediles de manera pública.
Asegura que no va a permitir que se le dañe su imagen pero es su propio hijo, Noé Domínguez Cadena quien lo hizo desde el 2018 en todos los medios de circulación nacional.
Aún se recuerda cuando el “junior” subió a sus redes sociales un video cantando con mariachis, con un jinete a su lado danzando sobre un caballo y con un arma en la mano con la cual dispara varias veces al aire.
Él mismo joven que ha dicho a los cuatro vientos en completo estado de ebriedad que su mamá solo utiliza al PAN porque ella va a operar para el partido que está en el poder. Mary tiene a su propio enemigo en casa.
Miembros del Comité Directivo Estatal de Acción Nacional no le contestan llamadas, la ignoran por completo, ellos ya tenían antecedentes de la traición.
Peor aún, los poderosos personajes del partido en el poder que la habían arropado ya no la toman en cuenta, han cortado todo vínculo con ella, ante los mediocres resultados.
La falta de liderazgo real tanto en San Andrés Tuxtla como en Santiago es evidente. Ella jugó sus últimos ases con la esperanza que su hijo se enganchara en la próxima administración municipal sin importar traicionar a quien siempre la había apoyado.
Los berrinches no son por una figura jurídica que nunca le importó, su coraje es por ver cómo sus proyectos familiares se desmoronaron, ya no puede seguir simulando que trae a los panistas de los Tuxtlas en sus manos…
Poco a poco los simuladores de los Tuxtlas van cayendo, primero fue Julián Organista, ahora María Elena Cadena…¿Quién será el tercero?