José Ortiz Medina/ EN CORTO… SIN CORTES
Hernán Martínez Zavaleta, alias “El Comandante H”, fue jefe de Los Zetas en la plaza de Coatzacoalcos, aunque hay quien asegura que dominaba varios municipios del sur.
El Comandante “H” se disfrazó de hombre de negocios, y eso le permitió infiltrarse en la clase política y empresarial de Coatzacoalcos.
Aunque en un principio pasó desapercibida su verdadera actividad, de manera paulatina la “socialité” del sur de la entidad se enteró del lado oscuro de sus “negocios”, y no fueron pocos los que hasta se convirtieron en sus socios.
El “Comandante H” hubiera pasado desapercibido a no ser por una masacre suscitada en la colonia “Nueva calzadas” de Coatzacoalcos en la que murieron cuatro niños y cuya autoría atribuyeron al referido capo.
También fue un escándalo cuando filtraron al portal Versiones.com.mx fotos en las que se observó al “Comandante H” en una reunión que fue convocada por Fernando Yunes Márquez, hijo del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, y actual alcalde de Veracruz.
Ahora el “Comandante H” vuelve a salir a colación, pues a raíz de la detención de Ramón Ortiz Cisneros, este martes 23 de marzo, volvieron a circular una foto en la que el ex líder de Los Zetas aparece junto al dirigente regional de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) en Coatzacoalcos.
Esa foto fue de cuando fue inaugurado el gimnasio “Golden Bull”, propiedad de Martínez Zavaleta. También fue dueño del restaurante “Port House”.
Fueron 11 años de narcoimpunidad, años en los que Martínez Zavaleta actuó con total libertad, al amparo de los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.
Las autoridades estatales y federales sabían dónde vivía “El Comandante H”. Lo tenían bien localizado pero no lo tocaban ni con el pétalo de una rosa.
De acuerdo con reportes policíacos, estos eran los domicilios en los que indistintamente vivía el señor Hernán: Pino Suárez 1305, Emiliano Zapata 1315 y Agustín Lara 611, Colonia Benito Juárez Norte.
Pero precisamente por la masacre en la que murieron 4 niños y lo cual conmocionó a la sociedad, fue que Hernán Martínez Zavaleta se convirtió en blanco de búsqueda.
Así, el “Comandante H” fue detenido el 1 de julio de 2017 por elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la entonces Procuraduría General de la República (PGR). Fue ubicado en Villahermosa, Tabasco, junto con otros dos individuos identificados como Víctor Manuel “N” y Juan Adiel “N”.
Pero volviendo a Ramón Ortiz Cisneros, allá en Coatzacoalcos comentan sobre su abultada fortuna, la cual se presume no tendría un origen lícito.
De ser un modesto obrero, de la noche a la mañana se convirtió en un potentado que comenzó a llamar la atención por financiar campañas de políticos locales.
En los últimos años, Ramón Ortiz pretendió por su cuenta ser candidato a alcalde o diputado, con resultados infructuosos. Acaso la mala fama que le precedía fue la razón por la que muchos partidos lo “batearon”.
Todavía el 22 de enero de 2020, Ramón Ortiz volvió a ser noticia porque un grupo armado irrumpió de manera violenta en las instalaciones de una de sus empresas con la intención de “levantarlo”, pero el operativo de los malandros resultó fallido. Los malosos quisieron disfrazarlo como un asalto, pero el móvil de la incursión no fue el robo. El saldo: un muerto y dos heridos.
Ramón Ortiz hasta no hace mucho tiempo era dueño sólo de un carro de volteo. Y ahora es propietario de una extensa flotilla de carros de volteo, un consorcio empresarial y hasta una fundación.
Antes era priista y en algún tiempo formó parte de las huestes de Carlos Vasconcelos, líder regional de la CTM, pero debido a diferencias se salió de esa central obrera.
Ramón Ortíz fue ampliamente favorecido por el fidelato y el duartismo, sexenios en los que le dieron contratos en Etileno Siglo XXI y en la construcción del túnel sumergido.
Su fortuna hoy es más que millonaria con la empresa Talleres y Transportes y la Fundación Ortiz.
Acumuló tanto dinero que comenzó a prestar cantidades millonarias a comerciantes y microempresarios de la región con altísimas tasas de interés. Sólo que tenía una forma peculiar de cobrar. Dicen que mandaba a sus guaruras a prácticamente “levantar” a los deudores.
Fue priista, se acercó al panismo y en los últimos años se convirtió al morenismo. De manera constante se le veía departir alegremente con alcaldes y alcaldesas de Morena, de la zona sur.
Este martes fue detenido. Al momento de redactar esta columna, se estaba convocando a una protesta de transportistas de CATEM afuera del Cereso de Duport Ostión, en Coatzacoalcos.
Por lo que se advierte, su buena estrella con la 4T se le ha extinguido, seguramente porque sus oscuros negocios y su pestilente fama pública se convirtieron en un verdadero lastre para Morena.
Pero ya encerrado, habrá que ver qué tanto sabe Ramón Ortiz, y si está dispuesto a querer embarrar a integrantes de la nueva clase política en el poder. Ya se verá.